John Elvis Vera Suarez
En el 2020 la FAO lanzó la campaña Ciudades Verdes. Esta iniciativa busca “mejorar el entorno urbano y fortalecer los vínculos entre los medios rular y urbano y la resiliencia de los sistemas…Además de garantizar el acceso a un entorno saludable y a dietas saludables procedentes de sistemas agroalimentarios sostenibles e incrementar la disponibilidad de espacios verdes mediante actividades forestales urbanas y periurbanas, contribuirá a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y a la gestión sostenible de los recursos…” se espera que para el 2030 se hayan sumado al menos 1.000 ciudades en diferentes partes del mundo.
Los estudios han reiterado que la arboleda, bosques o montes urbanos, llegan a reducir la temperatura en un promedio hasta de 8°C y mejorar la calidad de aire al filtrar el polvo y los contaminantes.
De los beneficios obtenidos en las ciudades verdes se pueden resaltar: Ciudadanos Educados Ambientalmente; Trabajo mancomunado entre la ciudadanía y la institucionalidad por el mejoramiento ambiental; aumento de las zonas verdes y la creación de reservas naturales al interior del área urbana; la disminución de gases de efecto invernadero y de la polución con sus partículas en suspensión que afectan la salud humana; la merma del impacto del efecto de las “islas de calor” en que se convierten las ciudades consiguiendo temperaturas agradables; mejor gestión con producción local y autogestión de energía solar; aumento considerable de la diversidad biológica en las zonas urbanas; reducción considerable del ruido y sonidos estridentes; aumento de la productividad al mejorar el hábitat urbano y de los sitios de trabajo; mejoramiento de la economía como resultado de un mayor bienestar ciudadano y viceversa; embellecimiento de las edificaciones con sus jardines verticales y terrazas verdes; arborización y peatonalización de las calles y corredores urbanos; disminución de los vehículos que circulan en la ciudad con seguridad para el peatón y su disfrute; adaptación de espacios para la agricultura urbana familiar y/o colectiva; producción y consecución de “alimentos Km 0 (cero)”.
Es obvio que por lo que vemos, nuestras urbes y poblados, no están encaminadas a convertirse en ciudades verdes. Se hace necesario un cambio socio-cultural profundo para lograrlo. Hagámoslo por la vida misma.
Nota 1: Hablando con ciudadanos(as) del Corregimiento de Barcelona-Calarcá, denuncian el deterioro acelerado de la infraestructura de su Hospital y de la disminución de los servicios médicos que este prestó en el pasado. La ciudad de Barcelona, capital del corregimiento, que en el 2018 ya contaba con al menos 16.000 habitantes y 28 barrios, se está quedando sin el acceso directo a la salud.
Nota 2: Dichos(as) ciudadanos(as) denuncian por igual, cómo en los días de elecciones, Habitantes del corregimiento son trasladados por diferentes campañas políticas a las poblaciones de Córdoba, Pijao y Buenavista para que depositen sus respectivos votos y así atenderlos debidamente. Aseguran que habitan y se suplen de sus necesidades en Barcelona, pero votan en otros municipios. ¿Será esto trashumancia electoral?