“Tener archivos bien preservados garantiza el futuro de la sociedad colombiana”

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El Archivo General de la Nación de Colombia cumple hoy, 22 de diciembre, los primeros 32 años de su creación.

En estas tres décadas son notables los avances de Colombia en materia de política archivística, al punto de que nuestro país es hoy considerado como referente internacional por ser uno de los países más avanzados de la región tanto en políticas archivísticas como en gestión del documento electrónico.

Su director, Enrique Serrano López, explica los avances del AGN en esa materia.

Se cumplen 32 años de la expedición de la Ley 80 de 1989 que creó el Archivo General de la Nación. ¿Qué balance puede hacerse de estas tres décadas?


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– Esta labor arrancó desde que en buena hora el Gobierno del presidente Virgilio Barco y el entonces director Jorge Palacios Preciado, nombre que en su honor lleva hoy oficialmente este archivo. Las potestades legales han hecho que se desarrollen iniciativas favorables a la memoria de los colombianos, a su preservación, al incremento del patrimonio argumental, al tratamiento científico de esos documentos que son tan valiosos y que constituyen uno de los ejes de los derechos de los ciudadanos. Al fin y al cabo, en el pasado está la raíz de todo presente y todo futuro. Por eso celebro los 32 años de esta Ley, Colombia fue uno de los primeros países que tuvo una Ley de Archivos, la Ley 594 de 2000.

¿Cuál es la importancia de esta Ley?

– La Ley 594 de 2000 establece lineamientos para que todas las entidades públicas preserven sus archivos, manejen de un modo profesional sus archivos de gestión, conserven sus archivos centrales y vayan conformando sus archivos históricos, que son los tres niveles dentro de los cuales esta ley obliga a desarrollar una actividad que constantemente se vuelve más compleja.

Es una suerte de espina dorsal para el funcionamiento del Estado, por eso celebramos la Ley 80, la creación del AGN, y el surgimiento de la Ley de Archivos a través de la cual todo esto ha sido esto posible.


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En 32 años es mucha la evolución de la actividad archivística, pero ¿cuáles son esas fortalezas del AGN?

– Hay tres cosas en las que yo hago énfasis. La primera es que efectivamente se logró acopiar un cuerpo de documentos gigantesco que ya hoy cuenta con más de 183 millones de documentos. En segundo lugar, se dispuso de los elementos técnicos adecuados gracias a los cuales fue posible ese acopio y conservación.

El tercer aspecto es la posibilidad de profesionalizar. Ningún país serio y que además aspire a la transparencia, que combata la corrupción de manera señera y contundente, puede carecer de los instrumentos científicos a través de los cuales la ciencia archivística pueda garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos.

En resumen, el AGN ha contribuido de manera muy cabal y permanente al desarrollo de la profesión archivística, de la gestión documental profesionalmente tratada.

La gente percibe el AGN como una gran biblioteca para los estudiantes, los académicos, los investigadores. ¿En últimas, cómo el AGN ha ayudado a la evolución de nuestra sociedad?

– En realidad eso es parte de la cultura. Una de las funciones por las que el AGN fue creado es que los archivos corrían el riesgo de perderse, como se advertía en su momento. A pesar de que poca gente lo use, ahí están los documentos y se conservan en perfectas condiciones y cualquiera puede acceder a ellos, salvo en los documentos de reserva.

Sea esta conmemoración para invitar a las personas que tengan interés en conocer el origen de su ciudad, de su región, de los cultivos, del desarrollo de los ferrocarriles, las carreteras, las obras públicas, la evolución misma de la nación, a que consulten todos los documentos en el AGN.

Las universidades, los institutos descentralizados, los departamentos, los municipios, todas las entidades públicas tienen una historia y una memoria que hay que preservarla, hacerla transparente y visible a todos los ciudadanos interesados. Es una labor que hay que hacer constantemente de manera seria y veraz que el AGN garantiza que efectivamente así sea.

Usted dice que valorar los archivos es cuestión de cultura. ¿Pero la gente sí es consciente del gran tesoro que tiene en esta institución? O hace falta acercar el AGN al ciudadano…

– Es posible que sí haga falta pedagogía, pero en ningún país del mundo eso se logra de la noche a la mañana. Ese es un proceso en el que todavía la inmensa mayoría no participa, por eso hacemos labores de difusión, exhibición de documentos, colaboramos con las instituciones, con la Presidencia de la República, con la Cancillería, para mostrarles a los ciudadanos colombianos de dónde vienen, cuál es su memoria, cuál es su pasado, en qué puede ampararse esta o aquella condición, y además para proteger derechos de las personas.

Todo eso hace parte de los ejes fundamentales de la Ley 80 de 1989 y las demás leyes y lineamientos posteriores.

Los temas fuertes del AGN son el documento electrónico y el desarrollo normativo. ¿Es así?

– Esas dos son muy contemporáneas, pero en realidad el AGN tiene muchas más fortalezas. Efectivamente, nos dirigimos a sociedades todavía más complejas que las nuestras, y el archivo será no solo un instrumento para preservar sino para que haya incluso reconocimiento pleno y juridicidad plena de los derechos ciudadanos.

El AGN a través del documento electrónico, a través del documento físico, a través del documento nativo digital, a través de las técnicas archivísticas, contribuye de una manera significativa a que eso sea una memoria verdadera.

Usted asumirá en los próximos meses la Vicepresidencia de la Asociación Latinoamericana de Archivos (ALA), pero el año entrante habrá cambio de Gobierno nacional. ¿Cuál es su expectativa?

– Yo celebro que el AGN sea reconocido como un referente internacional, como uno de los mejores, más activos y pioneros en muchos aspectos de la actividad archivística y documental en Latinoamérica, eso es muy valioso, y es un patrimonio que debemos preservar.

Haber sido elegido Vicepresidente de la ALA es un inmenso honor y una gran responsabilidad para Colombia, por tanto quien siga en esta responsabilidad tendrá allí una de sus labores, uno de los baluartes de la actividad archivística internacional.

¿Cómo está el AGN de Colombia frente a sus pares de Iberoamérica?

– Colombia es muy fuerte en varios aspectos. Por ejemplo, en materia de documento archivístico electrónico, del documento nativo digital, de tablas de retención documental y de valoración documental, en asuntos tan antiguos y pertinentes como la paleografía, la reprografía, en las cuales el AGN se ha desarrollado y cuenta con profesionales de muy alta calidad. Ese legado les quedará a las personas que se encarguen del AGN en el futuro.

¿Cuál es el gran reto para 2022?

– El gran reto es consolidar cosas que hemos comenzado en el pasado, por ejemplo, hacer nuevas bodegas, profesionalizar a más personas, que las tablas de retención y valoración documental se generalicen como instrumento archivístico en todas las entidades públicas, que las presenten y las validen conforme a los criterios universalmente establecidos.

El reto de 2022 es también integrar al AGN de manera más activa con la sociedad y con el Estado en las iniciativas sobre transparencia, manejo ágil de documentos, trámites y tantas otras cosas que hacen más eficiente, eficaz y transparente al Estado colombiano.

¿Cuál es la expectativa del AGN frente al nuevo Gobierno?

– Quien llegue tendrá que continuar con todo lo que la ley impele y obliga a cualquier director del AGN, es decir el desarrollo cada vez más intenso y cabal de la actividad archivística en Colombia. No se trata solo de hacer leyes, se trata es de hacerlas cumplir, las leyes que existen son suficientes y muy buenas para que desarrollemos una cultura archivística.

Ya es clarísimo que sin archivos no es posible vivir, sin manejo documental profesional, cunden el caos, la corrupción, el desarraigo, por tanto, tener archivos, tener documentos bien preservados debe seguir siendo la garantía del futuro para la sociedad colombiana.


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