Diariodelsur – En la semana que termina se retomó quizá uno de los temas viales más importantes en Nariño, como es la posibilidad que finalmente se adjudiquen los recursos necesarios para la terminación de la vía San Francisco-Mocoa, conocida como la variante.
Es uno de los proyectos viales que afortunadamente desde mi trabajo periodístico, me ha permitido conocer detalle a detalle cada uno de los hechos que han rodeado una de las obras más importantes que desde hace más de doce años se viene proyectando para el sur del país.
Recuerdo que fue en el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuando surgió la idea de la construcción de la variante San Francisco-Mocoa, luego de analizar que esta vía ha dejado a lo largo de la historia un número mayúsculo de muertos que cualquier carretera del mundo haya podido aportar.
La situación llevó a que el exministro de Transporte Andrés Uriel Gallego (q.e.p.d), llegara hasta el alto Putumayo y con un grupo de alcaldes, entre ellos el de Santiago, Franklin Benavides, y otros dirigentes como el representante a la Cámara, para la época Orlando Guerra de la Rosa empezara a cristalizarse un sueño de muchos años del departamento del Putumayo.
Se asignaron algunos recursos y fue en el Gobierno de Uribe Vélez cuando se pudo adelantar el primer proceso de contratación para la obra, que entre otras cosas incluyeron la compra de predios en los dos frentes por donde se comenzaría con la apertura de la carretera como era el de San Francisco y el de Mocoa, los mismos que aún se conservan.
Posteriormente fue el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos quien llegó nuevamente hasta el municipio de San Francisco y en un acto de cinismo y burla con toda la comunidad del sur del país prometió que se continuaría con la obra, hecho que nunca se dio y solo fue uno de los tantos engaños más que desde ese Gobierno se registraron en todo el país.
El proyecto permaneció en cuidados intensivos por ocho años y luego, cuando se pensaba que este sería otro elefante blanco de los tantos que existen en Colombia, resucitó como el ave fénix y la voluntad del actual Gobierno de Iván Duque cristaliza la esperanza que finalmente el mismo se ejecute.
La inyección de más de 1.1 billones de pesos, que hoy ya es una realidad reabre la posibilidad de que la construcción de juna obra de tanta importancia se termine.
El Gobierno Nacional ya adelanta una serie de procesos de socialización de dicho proyecto y con él por supuesto la explicación necesaria como se desarrollará este proyecto que como están las cosas, queda financiado en más de un 90 por ciento para la cristalización del mismo.
Hoy las actuaciones son de optimismo porque finalmente el sur del país tendrá cristalizada una de las obras más importantes y con ello el desarrollo vial para Nariño en un momento transcendental para el sur del país.
Por. – Rodolfo Pantoja Pantoja