Hoy, 4 de julio, el ESMAD asesinó a un campesino del municipio de Pto Asis. 4 más quedaron heridos y también se habla de otras personas desaparecidas después de las confrontaciones violentas, que ya se están viviendo como usuales en el departamento, entre la fuerza pública y el campesinado que cultiva coca.
Atentar contra la vida del campesinado no es la manera para acabar con el negocio del narcotráfico en el país. Guardar silencio institucional y excusarse en el argumento de que esas son políticas nacionales imposibles de frenar desde los territorios, tampoco es útil para salir del problema de las drogas.
Lo que se necesita es una política que defienda la vida de ese campesinado estropeado y estigmatizado históricamente por tener que participar de esa economía cocalera. Lo que sirve es cumplir con la implementación del acuerdo de paz, entre eso, con el desarrollo integral y real del PNIS y del punto 1.
Lo que serviría también es que los alcaldes y el gobernador, apoyados en las instituciones que defienden nuestros derechos humanos, denunciaran esa pésima, infame y agresiva implementación de la política antidrogas en el departamento, que se opongan tajantemente a que se siga asesinando o maltratando al campesinado, que rechacen la fumigue con glifosato, un veneno que atenta contra esta panamazónia.
Eso queremos y esperamos ver de nuestros gobernantes, que sean nuestra voz de rechazo y protesta ante el gobierno nacional que en medio de esta pandemia, nos sigue despojando de nuestros derechos humanos más elementales.
Envío Un saludo solidario a las familias de los campesinos que hoy fueron golpeados. Y mucha fortaleza para la familia y amigos del campesino asesinado.
Andrés Cancimance