Recibimos con un aparente alivio la decisión de la Opep + de reducir la producción de crudo en 9,7 millones de barriles diarios (mbd) a partir del 1 de mayo de 2020, para generar un estímulo a los precios, que han caído 32% en el último mes. Sin embargo, el recorte no será suficiente para atenuar el impacto de la baja demanda y el exceso de oferta que inunda el mercado.
En otras circunstancias, un recorte de esta dimensión habría disparado los precios del crudo, pero no es así debido a que los mercados son escépticos. A pesar de ser una decisión tardía y que los precios del petróleo no se recuperarán tan rápido, es posible que el acuerdo ayude a establecer un piso mínimo de US$20 por barril.
El acuerdo no pudo tranquilizar los mercados, en los cuales el temor por el futuro de la demanda de petróleo por cuenta del Covid-19 supera el optimismo que pudiera generar un balance oferta-demandaque se estabilizara en el mediano plazo. La OPEP + estima que el mundo consumirá este año una media de 92,82mbd, un 6,8 % menos que en 2019.
En ese sentido, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que con la afectación a 187 naciones y la detención de los aparatos productivos, se espera que la demanda mundial de petróleo caiga en promedio 9.3 mbden 2020, con picos mínimos en los meses de mayo y junio del orden de 25 y 30 mbd.
El acuerdo de recorte de la producción para compensar la fuerte caída en la demanda no será suficiente y seguramente deberán darse recortes adicionales que han sido pre acordados por 7.0 mbd adicionales en donde países como EEUU, Canadá y otros del G20 deberán colocar las mayores cuotas.
No obstante, la magnitud del desbalance en este momento no permite la reacción del precio del crudo en el corto plazo y se esperaría que estrategias adicionales como el incremento de las reservas estratégicas de países que tienen capacidad de almacenaje como China, Corea del Sur, y EEUU permitirían una reducción adicional de 2 mbden los próximos 60 días, lo cual en conjunto podría hacer reaccionar el precio del barril quizás a mediados del 3Q-2020.
Las economías emergentes como Colombia, que dependen de exportaciones de hidrocarburos en gran medida, sufrirán por la reducción en sus divisas por cuenta de los bajos precios del crudo, e incrementarán el valor de sus importaciones por el incremento de la cotización del dólar lo cual por supuesto afectará el déficit fiscal.
Sin embargo, a esta dura situación no se debería sumar el perder los niveles de producción que hoy día se tienen,el país debe mantener la producción en un nivel cercano a los 890,000 bp para el 2020.Este es un desafío mayor si la cotización del crudo se mantiene por debajo de los $US30, zona en la cual muchos proyectosde crudos pesados no son viables por los altos costos de producción y transporte que demandan.
Tampoco debemos dejar fuera de esta perspectiva la búsqueda de las reservas de crudo y gas que requiere el país adicionar al portafolio, para alejar el fantasma de la importación en el mediano plazo de un lustro que se pasa volando. La ANH debe ser muy creativa en la generación de fórmulas y escenarios que permitan incentivar la activad exploratoria aun en estas épocas tan tempestuosas del sector.
Carlos Alberto Leal Niño
Presidente de la Junta Directiva de Acipet