
La incertidumbre y la angustia se ha apoderado de muchas familias de la capital del Putumayo luego del desbordamiento de los ríos Sangoyaco, Mulato y Mocoa y las quebradas Taruca, Taruquita, Campucana y Conejo, que afectó a más de diez barrios según el reporte oficial. Esta situación ha revivido en la mente de sus moradores aquellos momentos tristes de la tragedia que dejó más de 300 muertos y una cantidad inmensa de damnificados.
Sus habitantes desde la avalancha anterior han venido reclamando al gobierno colombiano se preste toda la atención y el presidente Santos se comprometió reconstruir la ciudad, pero creemos que quedó corto porque el descontento es general aduciendo que no hubo una ayuda completa y que aún hay sectores que soportan las inclemencias del abandono.
Y hoy a raíz de la segunda emergencia sus habitantes se han visto afectados en sus viviendas, sin agua potable y precisamente por orden presidencial se ordenó el envío de 10.000 galones para repartir entre los moradores. Sin embargo, la ayuda es provisional y sus autoridades trabajan intensamente con el fin de restablecer el suministro del preciado líquido.
El presidente Iván Duque visitará Mocoa, tras la declaratoria de calamidad y el próximo lunes estará viajando a la capital putumayense con el fin de inspeccionar el avance de las obras y la atención humanitaria, después de la crítica situación en quedaron numerosas familias como consecuencia de las fuertes lluvias. El primer mandatario de la nación se desplazará con los ministros de ambiente y vivienda.
A criterio personal diría que también habrá que incluir al ministro de Hacienda para que se pueda luego de una detallada evaluación sobre el estado de las vías y la reconstrucción de los barrios, pueda el mismo determinar el apoyo del nuevo gobierno.
Lo cierto es que a una ciudad de gran movimiento comercial, de gente laboriosa y emprendedora es preciso que el nuevo Presidente le extienda su mano amiga, porque con Mocoa hoy más que nunca.
Por: Sofonías Rodríguez M.
Fuente : DiariodelSur
