Por : Aglaya Batz Liñeiro
Bueno, después de respirar profundo, secarme las lágrimas y admitir que todo cambio requiere de un proceso lento, estas son las razones para tomar la decisión que, dado el escenario en el que quedamos, es la única coherente que encuentro. Pero antes quiero aclarar tres cosas. Primero, ES MI OPINIÓN. Segundo, con el único -ísmo- que me identifico es con el FEMINISMO, no soy siquiera Fajardista, mucho menos Uribista o Petrista. Tercero, hablo desde mi posición de privilegio y esto no quiere decir que a mi familia le haya tocado fácil, o que no vengamos desde una de las regiones parte de esa Colombia olvidada, o que no hayamos sido impactados directamente por la guerra en nuestro país. Mi posición de privilegio la tengo gracias a mis padres que han sido formidables, que me han permitido descubrir el mundo libremente, me han apoyado física y mentalmente para sacar mi estudio adelante, me han recalcado que lo más importante es la educación y me han acompañado cariñosamente y con el amor más grande, a alcanzar todo lo que me he propuesto.
No es un secreto que mi voto fue por el Dr. Fajardo. Voté por él porque creo que la salida es la educación, no sólo formal sino a todos los niveles como sociedad. Creo que es necesario reconocernos en nuestras diferencias y aprender a ser diferentes sin ser enemigos. Voté por el Dr. Fajardo porque el primer paso que tenemos que dar como sociedad es unirnos y eso lo representaba la coalición Colombia. Es más, estoy segura que si él era quien pasaba a 2da vuelta, hoy no estuviéramos en ésta disyuntiva escogiendo como siempre entre el menos malo o alguna de las trincheras. Todos, tanto Petristas como Uribistas (me refiero a los votantes) hubieran estado tranquilos y con la esperanza de que por fin podíamos tener un gobierno diferente. Más aún, voté por el Dr. Fajardo porque los proyectos y visiones de Duque y Petro no me representan.
De Duque me preocupa que no ha tomado ninguna posición, que su discurso se ha ajustado a lo que piensa Uribe. No me gusta su circulo más cercano y más allá de la compañía de Uribe (que ya sabemos a que atenernos con él), me preocupan Ordoñez, Vivian, y todos los que representan una opresión a las minorías. Tampoco me gusta su apoyo regional que termina siendo lo mismo que tenemos hoy en día, una Colombia repartida entre el más corrupto de cada región. De sus propuestas no me gusta la política educativa, de hecho me preocupa. Tampoco me gustan sus propuestas ambientalistas. Ahora le reconozco que conoce la política exterior, hasta podría ser un buen ministro de relaciones, pero se nota que no tiene ni idea de la situación de las regiones, en especial de la Colombia profunda.
De Petro más allá de su personalidad, que vaya que el hombre es egocéntrico y autócrata, me preocupa que no tiene equipo. Los pocos que ha nombrado como posibles ministros han salido públicamente a rechazar el cargo, argumentando la contravía de visión de país. Me preocupa la gobernabilidad, que ha sido su excusa para justificar su fracaso en la alcaldía de Bogotá. en éste escenario va a tener las mismas o peores condiciones. No me gusta que sólo desde que empezó la campaña ha condenado lo que pasa en Venezuela y vaya que le ha costado. Me preocupa que aunque se trate de desligar de los vínculos ideológicos con Venezuela su propuesta económica y de «desarrollo agrario» tiene muchas coincidencias con el decreto ley de tierras y desarrollo de ese país que entró en vigencia en el gobierno de Chávez (Decreto N° 1.546 de 9 de noviembre de 2001). Más aún me preocupa que lo que plantea en su propuesta económica no tiene un cómo y como bien lo ha dicho es una propuesta a 12 años (yo sinceramente creo que Colombia necesitará por lo menos 30 años sino más). Reconozco que la prensa ha sido imparcial, que el hombre es un duro para levantarse el caudal de votos que se levantó, pero no me gusta que use su popularidad para generar distorsión. El 27 de Mayo no pasó nada porque pasó a segunda vuelta, pero me preocupa lo que viene y no se me haría nada raro que se repita un Bogotazo.
Por último, hay dos cosas que no me gustan de los dos. La primera, los dos proponen constituyente. Por un lado, Duque quiere unir las cortes cosa que es muy delicada. Por el otro, Petro ni siquiera ha planteado que va a cambiar, cosa que me preocupa aún más (En la entrevista que le concedió a Patricia Janiot en Univisión después de conocerse el resultado salió diciendo que ya no va a hacer constituyente). Éste último comentario me lleva a la segunda cosa y es que no me gusta que sean populistas, los dos. Siento que este mes van a decir lo que sea con tal de convencer a todo el mundo, van a poner sus mejores caras, se van a tratar de mover al centro con sus posiciones solo por los votos que les hacen falta y peor aún, no le creo a ninguno.
Así que dado éste escenario y teniendo en cuenta que los dos son riesgosos y serán por demás nefastos para mi país, respetaré la voluntad de mis compatriotas, pero yo no puedo elegir a ninguno. Yo no me siento tranquila dando mi voto a ninguna de éstas opciones, así que votaré en blanco. Sé que en segunda vuelta el voto en blanco no sirve de nada, pero esa es la democracia, tan imperfecta como para llevarnos a 2da vuelta con los peores candidatos.
PD: Rescato que cada vez somos más los que creemos en un cambio mesurado, basado en el fortalecimiento de las capacidades de los Colombianos y veo a una Colombia que está más empoderada e involucrada en los procesos democráticos. Más aún, rescato que sea quién sea que gane, por primera vez y después de 65 años teniendo el derecho al voto, una mujer será Vicepresidente de la república. Así que para los que no comparten mi visión del voto en blanco, la opción de votar por la mejor vicepresidenta puede que les ayude a definir su voto.