Por: Dayana Rodríguez
Colombia se encuentra dentro de las 12 naciones más megadiversas del planeta por sus ecosistemas, espacio geográfico, riqueza natural, y su gigantesca diversidad en fauna y flora, tras albergar el 15 % del mundo.
Sin embargo, en los últimos años, todos estos recursos han sufrido múltiples e incalculables afectaciones a causa de la minería, los derrames de petróleo y la deforestación, entre otras problemáticas que han perjudicado los ríos, bosques y el aire de nuestro territorio.
De igual forma, la importancia que ha tomado el cuidado del agua, el cambio climático y el acuerdo del fin del conflicto con las Farc han marcado una nueva hoja ruta que busca resaltar la importancia del cuidado del medio ambiente en el país.
Por ello, los retos para los próximos cuatro años de Gobierno no serán pocos, pues durante décadas este tema se ha abordado de manera superficial e implica un gran esfuerzo estatal.
Según Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, si se quiere proteger el medio ambiente, “la institucionalidad ambiental en Colombia debe ser reformada tarde o temprano, porque no tiene las capacidades para atender ninguna situación y, peor aún, no dispone de capacidad para reparar las áreas más críticas en temas ambientales”.
El ejemplo más claro de lo anterior es la incontrolable, indiscriminada y poca reglamentación en el tema de la deforestación, que según el experto es el reto ambiental más importante que Colombia debe afrontar.
La estadística nacional destaca que aproximadamente 120.000 hectáreas al año, es decir cerca de 14 hectáreas de bosque cada hora, son taladas en el país y las áreas con mayores índices de esta problemática están bajo el control de autoridades ambientales que muchas veces no son suficientes para detener ese fenómeno.
“Colombia no ha podido tomar el control de la administración y distribución de tierras y en las áreas más sensibles, esto está haciendo estragos, porque hay una mayor presión de diferentes grupos económicos, políticos y armados. Unos legales y otros ilegales, que se están apropiando de gigantescas extensiones de territorio. Eso tiene que ver con la falta de control territorial que tiene el Estado en estas zonas”, aseguró el director de la fundación.
Por su parte, el docente del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, Orlando Rangel, asegura que otro de los desafíos es la minería ilegal, ya que, según el informe de 2017 sobre el estado de los recursos naturales de la Contraloría General de la República, el 80 % de la explotación minera en Colombia es ilegal y el licenciamiento ambiental es cada vez menos eficaz.
Rangel manifiesta que “las licencias que obtengan los sectores extractivos deben tener la capacidad y experiencia de cumplir con los estándares ambientales y de regulación para la explotación de minerales”.
Ejemplo claro de esta situación es el departamento de Putumayo y las diferentes protestas sociales por la amenaza minera a causa de la explotación de oro, platino, zinc, y otros metales en el corredor donde nace el río Putumayo. Esto afectaría cerca de 25.000 hectáreas de bosque, además del desplazamiento de campesinos y comunidades indígenas en los municipios del suroeste del país.
De igual forma, Margarita Flores, directora de la Fundación Ambiente y Sociedad, agrega el reto del cuidado de páramos, puesto que grupos con diferentes conveniencias, están acabando este ecosistema:
“Colombia no puede tener desarrollo si no tiene agua, y el agua en nuestro país está en los sistemas de la alta montaña, en los páramos. Nos falta mucho para avanzar, pero hay que empezar involucrando a las comunidades campesinas de las regiones en sistemas productivos para sus labores y enseñarles el mantenimiento de los servicios ambientales que los mismos necesitan”.
Por último, pero no menos importante, se encuentra el desafío de reducir la contaminación en ríos, en los cuales, según el Ideam, se vierten 205 toneladas de mercurio anuales.
Para el director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, “Colombia va a sufrir dentro de pocos años el costo brutal de la contaminación de los ríos, ya que de las comunidades de peces dependen una porción importante del sector rural como comunidades indígenas y campesinas”.
Esto a propósito de la infraestructura que está interviniendo en el desarrollo ambiental, como se puede ver reflejada en la problemática de la hidroeléctrica Ituango o el reciente caso de derrame de petróleo en el pozo La Lizama, en el departamento Santander.
“Los ríos están recibiendo diariamente una carga alta de contaminación por residuos orgánicos, químicos y sólidos que afectan la fuente hídrica, así como la sedimentación por la deforestación”, señaló el funcionario.
Faltan por mencionar otros retos y desafíos que tendrá que enfrentar el próximo mandatario, pues si bien es cierto, el medio ambiente está en crisis no solo en Colombia sino en el mundo.
Las decisiones ambientales que se ejecuten en los próximos años serán claves para el desarrollo sostenible de cara a un futuro con el cambio climático, cuyos efectos ya se sienten en el país de acuerdo al Ministerio del Medio ambiente: 84 % del área glaciar del territorio ha desaparecido, blanqueamiento de corales, lluvias fuertes y largas sequías que han generado incendios y crisis humanitarias, además de largas temporadas de inundaciones que, según el Ministerio de Ambiente, influye en las actividades económicas, el abastecimiento de la población y los niveles de amenaza natural.
Tomado de : RAdioNacional