Familias provenientes de varias veredas de Puerto Guzman asentadas en la rejera del río Caquetá, aseguran que no quieren morir arrasados por una avalancha como la sucedida en Mocoa, la cual, vieron pasar por el frente de sus casas.
Los primeros en llegar al casco urbano de esta localidad del medio Putumayo, fueron habitantes de la vereda Puerto Rosario, a los que el río Caquetá en pasadas crecientes, se les había llevado sus viviendas y por más que las reubicaron, ya no les quedaba terreno para poder edificar nuevamente sus casas.
«Mirando la necesidad y el peligro del río, pues me retire de aquí, otro lugar más hacia adentro del pueblo, porque la verdad, llevo 20 años viviendo aquí en este pueblo y durante el tiempo que he vivido aquí, son 6, 7 casas, las que el río me ha quitado, me ha dado tiempo muchas veces de desbaratarla y volverla armar más allá”, afirma José Tapiero Valencia, quien asegura que el pueblo era por donde actualmente corre el río, y ya no existe, pues las crecientes se llevaron más de 100 viviendas.
El hombre de unos 55 años, espera también emigrar hacia Puerto Guzmán, con su familia.
Como van las cosas, todos sus habitantes, se irán del lugar, y el Puerto, que en otro tiempo era un sitio que movía la economía agropecuaria, quedará sin moradores, tal como lo afirma Amable Mojomboy, un indígena de 65 años, quien es el fundador de Puerto Rosario, “tenemos un derecho de reubicarnos, estamos con temor con lo que pasó en Mocoa, de la avalancha; estamos con temor, si nos quedamos aquí, un día, nos perdamos todos”, a pesar del miedo, el indígena sigue en el poblado, a la espera de la reubicación del pueblo por parte del Gobierno Nacional.
El mismo temor, lo expresan en el asentamiento humano que se hizo en menos de una semana en el casco urbano, los demás habitantes, que le huyen a las acostumbradas crecientes, desbordamientos y avalanchas de palos, que en temporada alta de invierno, ocurren en el río, que les da todo, pescado, cultivos en sus vegas y agua, pero que les quita todo.
María Córdoba, hace parte del éxodo de campesinos e indígenas que dejaron sus viviendas, según ellos, están en territorio del río Caquetá, “la verdad es que estamos en una situación precaria, sinceramente pasando muchas dificultades, donde la necesidad nos trajo acá con niños arriesgando que nos enfermemos en este sitio.
El motivo de estar aquí es algo que debimos de hacer hace 21 años, vivimos en la ribera del río donde cerca 350 familias donde las amanezcas del río nos trae aquí, por qué hemos perdido nuestras viviendas, hemos perdido nuestros cultivos, nuestra producción, y hoy en día contamos con un poco de hijos y familia sufrientes”. Tomada la decisión de dejar las vegas del río, afirma que como personas campesinas también tienen derecho a tener una vivienda digna, a vivir una vida tranquila, no tener que cada vez que el río crezca, correr.
Al predio municipal al que llegaron más de un millar de familias, y en el que se acomodaron en cambuches de plástico, que no ofrece condiciones de salud, debido a la humedad del terreno, y al constante invierno, menos para dormir, se sumaron otros damnificados de incluso barrios que fueron construidos en el pasado, pero que corren igual riesgo, porque el río que pasa cerca de la cabecera de Puerto Guzmán, también los amenaza.
María Isabel Meza Arenas, dice que viven en inminente peligro. “Nosotros nos hemos sumado próximamente 100 familias del barrio Jairo Jesús Casanova porque es un lugar de alto riesgo y queremos salvaguardar nuestras vidas y también hay familias que tienen que pagar arriendo y el sueldo no le alcanza para comprar un lote y construir.
Temor por avalancha
“El riesgo aquí es inminente y no queremos que nos pase lo mismo qué pasó en Mocoa, le solicitamos al gobierno, al presidente Santos que por favor nos ayude, que venga volteé su vista hacia acá a Puerto Guzmán y a todas las personas que estamos en este predio por qué realmente estado muy necesitados de frazadas, alimentos, medicamentos porque aquí ya se empieza a enfermar la gente por la circunstancia”.
Gobierno municipal, cambiará destino de predio invadido
El alcalde Rodrigo Rivera, no ha sido inferior a la petición de los cientos de mujeres, hombres, niños y ancianos que salieron de la ribera del río Caquetá, y se muestra de acuerdo con que no se repita la situación que viven los mocoanos, cientos de ellos que murieron porque sus viviendas estaban a orillas de los causes de la quebrada La Taruca y el río Sangoyaco. “El domingo 23 de abril se llegaron 300 personas de Puerto Rosario y 1200 familias se registradas a hoy 28 de abril”, según dice procedentes de gran parte de la ribera del río Caquetá, entre estas destacó: “El Cedro, La Vega, Resguardo “Villa Catalina”, y el Jauno”.
SOS al Gobierno Nacional.
“Es un llamado de atención al gobierno departamental, a la gestión de riesgo, con nuestro municipio y organismos de socorro hemos elevado a emergencia sanitaria la situación que aquí se vive, porque se registran ya cantidad de enfermedades en los niños, de las madres gestantes, de los abuelos y de toda una cantidad de personas que se encuentran aquí con un solo objetivo de cuidar su vida, de huirle a la ola invernal y al desbordamiento del río Caquetá; todas las instituciones nos hemos unido y ya se ve el inicio de un camino que mejorará la población aquí asentada”, aseguró el alcalde, quien ha puesto mucha atención a la situación humanitaria de las personas que le huyen a la furia de la naturaleza, que hoy reclama sus territorios apoderados por las comunidades.
Rivera, manifestó todo su apoyo a las comunidades que buscan nuevas alternativas de vida, seguridad y viviendas en el perímetro urbano. “Con el concejo municipal en los próximos días pasaré el proyecto de acuerdo para cambiar de destino el sitio, tanque este sitio estaba destinado para una base militar, pero ya por la necesidad de la gente nuestra prioridad es el preservar los derechos humanos y la vida de esta gente que está aquí”.
Gestión de vivienda gratis
En el tema de vivienda, es su compromiso y organizar el sitio que quede lugares de interés social como una cancha, una escuela, un hogar infantil; un lugar digno donde la comunidad también pueda asistir. “Gestionaremos con el gobierno departamental la situación y por es un llamado porque que hoy la situación de Puerto Guzmán se agrava cada día más y la gente se siente preocupada por la situación del río que todos los años viene desplazando más comunidades”.
El mandatario municipal, se reunió con la Gobernadora del Putumayo, Sorrel Aroca, quien se comprometió con donar algunas ayudas que se consiguieron con motivo de la emergencia de Mocoa, las cuales, también mitiguen el hambre y las necesidades de estos otros damnificados por el invierno y la pobreza en el municipio de Puerto Guzmán.
Por : Felipe Guzmán – Redactor SurNoticias