De ahí que varias investigaciones estén tras ellos para llevarlos a las explotaciones en cautiverio dada su convertibilidad, resisten-cias y su abundante carne.
Jorge Eduardo Franco, zootecnista y director tecnológico de las granjas de la Asociación de Acuicultores del Caquetá, Acuica, expresó que en esa región los ganaderos están en un proceso de reconversión de los estanques de agua y jagüeyes de su ganado con el fin de entrar a otro renglón de explotación pecua-ria: la piscicultura.
Sin embargo, llama la atención que están trabajando con una especie estimada como uno de los gigantes acuáticos del Amazonas: el pirarucú.
De acuerdo con Gustavo Salazar, profesional especializado de la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura, Aunap, esa especie tiene múltiples ventajas para su explotación como cultivo.
Es una de las que más crece en cautiverio (12 kilos en un año, más que cualquier otra), no tiene espinas y su carne presenta un sabor neutro, esencial para la utilización de salsas que se emplean para su preparación, especialmente en el mercado de EE.UU.
“Es un pez que toma oxígeno atmosférico, lo cual facilita su manejo, es muy sencillo de cultivar porque recibe fácilmente alimento balanceado,” aseguró.
Las investigaciones sobre esta especie llevan 20 años y en Leticia y Caquetá se han establecido 14 granjas para su explotación conjunta con la especie arawana (también nativa), con miras a la exportación.
Fuente : Vanguardia