Los casi 30 mil habitantes del municipio de San Miguel (Putumayo), comenzaron a borrar de sus mentes las huellas que por más de 20 años dejo la guerrilla de las Farc, con sus acciones violentas y la aplicación de la ley monte.
Stella Guaspad, una líder del municipio de San Miguel, que aún le guarda luto a su esposo asesinado por las Farc, en el 2007, afirma con voz de esperanza que hoy se ha sepultado la guerra y ha resucitado la paz.
Pero nadie puede ocultar la felicidad en sus rostros al saber que el 26 de septiembre se firmara el acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc. Aunque varios de ellos no entienden del plebiscito y dicen desconocer de los acuerdos de paz.
Angélica María Meneses, habitante del corregimiento de Puerto Colón jurisdicción de San Miguel, frontera con el Ecuador, recordó como en los últimos trece años tenia que esconderse de bajo de la cama junto con sus tre hijos para evitar ser alcanzada por las balas y cilindros que la guerrilla arrojaba contra el poblado a cualquier hora del día. “Lo que pasa es que acá tenemos dos puestos de policías y una estación de bombeo de Ecopetrol y los guerrilleros atacaban sin importarles a la población”, señalo la señora Meneses.
Pero para ella y sus hijos el panorama comenzó a cambiar desde hace más de un año cuando la misma guerrilla anuncio un cese unilateral al fuego y que hoy se mantiene gracias a la firma de la paz. Dice que el 2 de octubre no vacilara en votar por el SI en el plebiscito a pesar que no ha leído los acuerdos.
Por las polvorientas calles de San Miguel, testigas mudas de los enfrentamientos armados de las Farc, con el ejército y con las autodefensas aún se pueden observar algunas casas marcadas con letreros de las Farc y de las AUC, cuando estos dos grupos se disputaban el domino territorial que dejo un número indeterminado de muertos, desaparecidos y desplazados. En otras viviendas los impactos de las balas y de los cilindros bombas.
Alberto Montes, un reconocido locutor de la región, recuerda como en varias ocasiones mientras animaba bazares y bailes populares tuvo que salir corriendo dejando todo tirado porque la guerrilla llegaba disparando contra las personas que allí se encontraban, inclusive en una oportunidad tuvo que cerrar su emisora del cual derivaba su sustento porque un comandante del frente 48 lo ordeno por el simple hecho de ser costeño acusándolo de auxiliador de los paramiliatres, sin embargo y a pesar de los momentos difíciles vividos hoy es uno de los que promueve el SI a la paz, desde su motocarro donde hace perifoneo.
En una casa un grupo de tres jóvenes que no superaban los 18 años entonaban canciones del género urbano con letras alusivas a la paz. Se trataba del grupo musical Zona Norte, una agrupación recién conformada y que con esfuerzo propio y con rifas y basares han logrado grabar su primer disco compacto. “Peque”, voz líder afirma que él es víctima de la violencia por culpa de las Farc, pero que ese mal recuerdo quedo en el pasado y por eso hoy puede cantar libremente a la vida y a la paz sin temor de ser callado por las balas asesinas de la guerrilla.
El sol se oculta tímidamente detrás de las aguas tranquilas del rio San Miguel, que sirve de línea límite entre Colombia y el Ecuador, varias mujeres recogen sus poncheras con la ropa que acaban de lavar a orillas del rio y con carcajadas se hacen mofas burlándose de la guerra y celebrando lallegada de la paz, a pesar que varias de ellas son viudas y otras perdierona sus hijos por culpa del conflicto armado pero todas coinciden en celebrar que la paz ha llegado y que se siente esa transición de la guerra a la paz, y no dudan en decirle SI a la paz, aunque algunos habitantes muestran algo de temor al referirse al tema.
German Arenas Usme / Colprensa