LAGO AGRIO, Ecuador, 29 de agosto de 2016 (ACNUR)- El joven Camilo*, de quince años, llegó solo a Ecuador huyendo de la violencia que vivía su comunidad en Colombia. Después de una huida llena de incertidumbre, en la ciudad amazónica de Lago Agrio encontró Kwasarina Huasi**, su casa para el inicio de una nueva vida.
“Yo me tuve que venir a Ecuador solo, sin saber muy bien qué debía hacer, a dónde ir. Pero aquí encontré este albergue que me dio un espacio para volver a comenzar”, explica el joven.
El albergue Kwasarina Huasi, cuyo nombre en quichua hace referencia a los retos de reiniciar la vida que viven millones de refugiados, es un espacio seguro de primera acogida a población que huye de la violencia y el conflicto, en su mayoría procedentes de Colombia. Situado en la ciudad fronteriza de Lago Agrio, en la región oriental de Ecuador, este servicio desarrollado por ACNUR con capacidad para 45 personas es el único de su clase existente en esta remota zona del país.
Ecuador es el país de América Latina que acoge a la mayor población refugiada de la región, unos 60.000, en un 95% de origen colombiano. Las provincias de frontera con Colombia, como Sucumbíos, son la puerta de entrada de la gran mayoría de refugiados, como sucede en su capital Lago Agrio. En 2016, cerca de 400 personas siguen cruzando la frontera cada mes solicitando refugio en el país.
“Yo tuve suerte. Aquí en el albergue me dieron un sitio donde dormir, me explicaron qué debía hacer, dónde estaban las instituciones,” continúa Camilo. “Y, además, gracias a la ayuda de quienes trabajan aquí, pude reencontrarme con mi tía Rosalba”, relata el joven que ha podido retomar el contacto con sus familiares viviendo en Ecuador.
Desde que inició el funcionamiento del albergue en abril de 2013 y hasta diciembre de 2015, Kawsarina Huasi ha acogido a 1.850 personas, de las cuales el 69% eran recién llegados a Ecuador procedentes de 18 departamentos de Colombia, fundamentalmente Putumayo, Nariño, Caquetá, Huila y Valle del Cauca.
Como explica Noemí Torres, trabajadora social de la Fundación Tarabita, organización socia de ACNUR que gestiona el albergue, “Las personas llegan aquí con el alma vacía. En su país lo han perdido todo: casa, tierra, trabajo, amigos y muchas veces la vida de un familiar cercano. Llegan llenos de preguntas, y nosotros facilitamos que puedan responderlas y encontrar soluciones concretas”.
A pesar de las dificultades del inicio, el albergue también favorece que las familias emprendan lo más rápido posible su camino hacia la integración local en el nuevo país.
“Gracias a esta primera acogida, muchos de ellos consiguen adaptarse mejor al nuevo país, entablando relaciones con otras familias, o desarrollando ideas para iniciar emprendimientos. De un modo u otro, su estancia aquí les ayuda a forjar redes de apoyo para acceder a sus derechos”, asegura Borja Santamaría, Jefe de la Oficina de ACNUR en Lago Agrio.
ACNUR trabaja en Ecuador desde el año 2000 facilitando que las personas refugiadas puedan reiniciar su vida en condiciones de seguridad y dignidad. Kawsarina Huasi, es un primer paso en ese camino.
Por Nery Valencia en Lago Agrio (provincia de Sucumbíos, Ecuador)
*Nombres cambiados por razones de seguridad
** Kawsarina: revivir; Huasi: Casa. El quichua (kichwa) es una de las variaciones del quechua, la lengua amerindia más hablada de todas las Américas y que tiene una importante presencia en Perú, Bolivia y Ecuador.
http://www.acnur.org/noticias/noticia/kawsarina-huasi-una-casa-para-iniciar-una-nueva-vida/