Muchas lenguas indígenas se han ido perdiendo con los años y por efecto de la globalización que prioriza unos idiomas y regiones sobre otros, pero por fortuna muchos esfuerzos se van haciendo también para mantener vivas las que quedan. Tal vez uno de los mejores ejemplos es el del pueblo kamëntsá, en Putumayo, cuyos líderes se aliaron con los gobernadores de turno en 2013 y 2014 y el Ministerio de Educación Nacional para implementar el Proyecto de Educación Propia para la implementación del Modelo Pedagógico del Pueblo Kamëntsá, por el cual se acogía la música como herramienta lúdica, pedagógica y de investigación en la misión de revitalizar la lengua propia y extender a las nuevas generaciones (las que nacen en la nueva tierra que les exige otros saberes externos) los saberes de sus mayores y su cultura.
Durante su primer año de trabajo (2013) la estrategia estuvo centrada en la primera infancia y la población que cursaba primaria en las escuelas indígenas Bilingüe Artesanal Kamëntsá, Juan XXII y San Silvestre de los Municipios de Sibundoy y San Francisco. Se comenzó con la búsqueda de temas cotidianos en la familia, la comunidad, la chagra (el fuego alrededor del cual se reúnen), la cocina, los animales, los números, etcétera, para componer rondas infantiles y adaptar otras rondas muy conocidas de otras culturas pero no ajenas a la suya; “Arroz con leche”, “Señora Santana” y los villancicos son algunas de ellas. Asimismo, se abrieron espacios para el diálogo con las docentes que lideraban los grupos y se visitaron los cabildos Kamëntsá e Inga Kamëntsá del municipio de Mocoa, con quienes se realizaron talleres de intercambio de experiencias de las cuales salieron otras composiciones. Una vez seleccionado el material se procedió al arreglo de la letra, la musicalización y la grabación del primer trabajo discográfico con canciones infantiles en lengua Kamëntsá: “Baseng Chamatabouinÿ Javersiam” – que traduce Para que los niños y las niñas aprendan a cantar.
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El éxito de estas canciones entre los niños de la comunidad mostró que a través del sonido, de la renovación cultural y de la cotidianidad como elemento de identificación, se podían fortalecer los lazos de los herederos con su cultura para asegurar que la protejan y mantengan. Entonces dieron otro paso en 2014 y crearon nuevas canciones, esta vez enfocadas en la identidad kamëntsá y en la pertenencia al clan, dirigidas a jóvenes en secundaria sin dejar de elaborar contenidos para niños. Del trabajo del año anterior tomaron algunas historias de vida, vivencias familiares y comunitarias, historias del pueblo, entre otros, para componer de canciones con mensajes alusivos al cuidado del territorio, la armonía en la vida, la familia y la sociedad. Se grabó entonces un nuevo trabajo discográfico: “Bëngbe Bëtsananëng Juabn y Biyan Jëtsjabuachenam” – en español: Para que el pensamiento de nuestros mayores se fortalezca, que como el anterior estuvo liderado por el Maestro Wilson Chindoy, gestor de la apropiación de los ritmos autóctonos del pueblo y la incorporación de otros ritmos a las letras creadas.
Lo mejor de esta experiencia es que los resultados superaron al pueblo y llegaron a otras latitudes. Dio pie a otras propuestas en las que se revitalizaban las lenguas a través de la música y por ende fortaleció la noción general de los valores culturales. Más tarde, el Ministerio de Cultura y el Programa de Atención Integral a la Primera Infancia se acercaron para grabar con los kamëntsá una de las nueve partes de la Audioteca De agua, viento y verdor, que recopila arrullos, cantos, rondas, historias y relatos de pueblos indígenas colombianos en riesgo de extinción. Una de las canciones más reconocidas de ese trabajo es el Saludo Bonito o Jenchuayam, que tenemos también en Maguaré y es un hermoso emblema del buen vivir en esta sociedad indígena:
Ha sido tal el compromiso de los líderes kamëntsá, que nos alegramos de poder compartir las acciones han trascendido el apoyo institucional y se han convertido en misiones del mismo pueblo. Más tarde, conformaron el colectivo “Uaman Luar”, que en su lengua significa “Territorio Sagrado” y cuya creación ha propiciado encuentros con otras regiones de Colombia, como sucedió en el Festival Centro Sur que realiza La Fundación Gilberto Álzate Avendaño, al que fueron invitados a realizar conciertos para niños y familias, a la par de agrupaciones musicales con amplia trayectoria nacional e internacional.
Ahora el colectivo es una Fundación constituida legalmente y esto se ha hecho para ampliar su alcance. Han sumado al equipo profesionales en Ciencias Humanas, Ciencias de la Educación y las Artes, así como nuevos proyectos que si bien no son todos musicales, llevan en su esencia lo aprendido a través del sonido y la intención de crecer en este sentido para poder continuar la ardua pero satisfactoria labor de dejar en los niños y jóvenes la huella mágica que les dejaron sus ancestros y que jamás, jamás se debe borrar.
- Saludarse bonito
- Arrullo
- Bishan juabuan canción de los alimentos
- Arroz con Leche
- Cabengbe jajañ
- Amilliashinyak
- Campana sobre campana
- Cancion Yeny
- Las vocale
- Los zagales
- Shinytema
- Tuamba buangana
- Ronda