Por : Jairo Figueróa
Quienes derivan su economía producto de la venta de licores que lo hacían en jornada diurna y nocturna, están molestos con la decisión adoptada por el alcalde José Castro, que ordenó la apertura de esos sitios entre las 6 de la tarde y las 2 de la madrugada entre semana y desde las 6 pm hasta las 3 de la madrugada, los fines de semana.
Quienes respaldan la medida, aseguran que hacía falta que la autoridad municipal, adoptará control a los establecimientos que desde temprano, se habían vuelto una perturbación para la comunidad y mal ejemplo para los niños y las niñas.
En el caso de las cantinas de la plaza, ya no se observan a los campesinos que llegaban a esos sitios .
Uno de los afectados por la medida, afirma que entutelaran a la administración por el «derecho al trabajo».
El alcalde Castro, además implantó «Ley Zanahoria», para evitar que los jóvenes continúen en malos caminos.