El hombre que inspiró El Abrazo de la Serpiente

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El botánico Richard Schultes, quien inspiró El abrazo de la serpiente, estuvo en la Universidad Nacional. FOTO Cortesía / Colprensa
El botánico Richard Schultes, quien inspiró El abrazo de la serpiente, estuvo en la Universidad Nacional. FOTO Cortesía / Colprensa

ElColombiano – Considerado uno de los grandes etnobotánicos del siglo XX y estudioso del uso de las plantas amerindias alucinógenas, Richard Schultes encontró en Colombia un lugar ideal para el desarrollo de sus investigaciones.

Mucho se ha dicho sobre El abrazo de la serpiente, la primera película colombiana nominada a los Premios Óscar, pero poco sobre aquellos investigadores que la inspiraron, entre ellos R Chultesichard S, quien buena parte de sus actividades académicas y de investigaciones las realizó en la Universidad Nacional.

Este estadounidense nació en 1915 y buena parte de sus 76 años de vida los dedicó a la investigación botánica, en especial, a lo que descubrió en sus expediciones al Amazonas.

Su obra comprende escritos, expediciones, descubrimientos, vivencias locales y la compañía de cientos de personas, a diferencia de lo que se presenta en la película, donde se muestra como un mítico y solitario investigador, una de las libertades creativas que se permitió Ciro Guerra.


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Richard era diferente. Sus trabajos siempre involucraron la participación de un gran número de personas, entre los que se cuentan antropólogos, botánicos, indígenas, chamanes, campesinos y otros personajes que la historia y la literatura revelará como sus grandes aliados.

Según datos suministrados por la Universidad Nacional, más de 30 mil colectas botánicas y 200 mil especímenes, el descubrimiento de nuevas plantas sagradas, como el yagé, el conteo de árboles de caucho del género Hevea a lo largo del río Apaporis y la amistad de un sinnúmero de personas a quienes involucró en su búsqueda etnobotánica, le ocuparon al científico toda una década en Colombia.

Sus exploraciones amazónicas en Colombia, en busca de plantas sagradas, se inmortalizaron con el libro El río (1966) de Wade Davis, antropólogo estadounidense, quien en su narrativa revive, como receptivo estudiante de Schultes, los viajes, estudios, encuentros con indígenas y chamanes y toda su búsqueda etnobotánica, perneada por lo mágico y místico.

Davis relata en su libro que el primer día de la llegada de Schultes a Bogotá, una fría tarde de domingo de 1941, viajó en el tranvía para recorrer las estribaciones del cerro de Monserrate, donde obtuvo un ejemplar de orquídea que su colega Oakes Ames la describió como Pachyphyllum schultesii.


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Entre los archivos históricos del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional existe un registro fotográfico poco usual y muestra al biólogo recorriendo, durante esta época, el campus de la Universidad, en compañía de botánicos colombianos.

La Institución fue aliada para la investigación de Schultes, pues conoció a los botánicos colombianos Hernando García Barriga, Roberto Jaramillo y Jesús Idrobo. También, Enrique Pérez Arbeláez y Armando Dugand, directores saliente y entrante del ICN por aquella época, testigos de la gran empresa que emprendería el científico visitante.

Fueron estos investigadores quienes invitaron al etnobotánico a conocer los páramos colombianos, el valle de Sibundoy, la serranía de la Macarena y amplios sectores de la Amazonía colombiana, como Putumayo, Vaupés y Apaporis.

Durante los doce años de su permanencia en el país, Schultes repartió su tiempo entre Boston, Bogotá, las selvas colombianas, las preparaciones logísticas de sus excursiones,así como las tareas de recepción del material botánico con destino a los Estados Unidos y el intercambio investigativo con sus colegas en el ICN.

Con el tiempo, su equipo de trabajo fue aumentando, entre ellos el orquideólogo Álvaro Fernández Pérez (ICN), su colega español José Cuatrecasas (ICN), el profesor y botánico de la Universidad del Valle, Isidoro Cabrera, con quien recorrió el Apaporis, el zoólogo Federico Medem y el antropólogo nacionalizado Gerardo Reichel-Dolmatoff.

En sus escritos queda claro el aporte que él le hizo a la investigación de la flora colombiana, la que consideraba como una de las más diversas de mundo. Esto fue plasmado en la publicación La riqueza de la flora colombiana, publicado en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Schultes en 1953 la Universidad Nacional le otorgó el cargo de Profesor Honorario y la Asociación de Ingenieros Agrónomos concedió la membresía honorífica. Cuatro años más tarde, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales le confirió su condición de miembro correspondiente y en 1983 la Presidencia de la República le entregaba la medalla Orden de Boyacá, por sus servicios al rescatar saberes ancestrales y contribuir al conocimiento de la flora del país.

Además, hace poco, la Universidad Nacional rindió un nuevo reconocimiento al etnobotánico con la publicación del libro Protagonistas de la biodiversidad en Colombia, específicamente, en el capítulo cuarto, el historiador Sergio Ospina Rey hace un estudio de su papel como integrante de la comunidad científica botánica colombiana en los años cuarenta.

Schultes es considerado como uno de los protagonistas del conocimiento de la biodiversidad colombiana y como ya quedó claro, inspirador de libros y largometrajes que documentan la gran riqueza biológica, étnica y cultural de Colombia.

http://www.elcolombiano.com/el-hombre-que-inspiro-el-abrazo-de-la-serpiente-EB3461512


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