En el juego ciencia del ajedrez el objetivo principal es dejar en tal situación al Rey que posibilite al mínimo su movimiento (jaque), o darle muerte definitivamente (mate). Para ello se acompaña de una serie de piezas cuya cabeza principal es la Reina, pieza más importante y le siguen en jerarquía otras fichas en donde el último lugar lo ocupan los peones. Los entendidos en el juego saben que la Reina es la ficha principal y de ella normalmente depende el resultado del juego. Quien pierde la Reina está abocado a perder el juego. Quien recupere una Reina tiene todas las posibilidades de ganar un juego. Así de elemental.
En el Putumayo acabamos de salir de unas elecciones que eligió Gobernador – Gobernadora para nuestro caso-, alcaldes, diputados regionales, concejales y ediles. Cada quien hace una lectura de los resultados y en definitiva nadie o muy pocos se resignan a aceptar derrotas. Según las cuentas que hacen, casi todos son ganadores. En caliente todo el mundo hace interpretaciones, respetables todas, pero como dice el común de la gente: todo el mundo cuenta el cuento de acuerdo a cómo le fue en el baile. Dicen los entendidos que así es la política. Hummm…
Pero volvamos a lo nuestro. Después de tan breve introducción metafórica, me permito darle un vistazo a los resultados según mi personal mirada tratando de aplicar una analogía entre la política y el juego ciencia y no me cabe duda que la corona se la llevó quien ganó la Gobernación. Los demás competidores por ese trono son perdedores en términos electorales. Quien gana tiene el equivalente a la Reina de la cual hablábamos, pero claro está, ella no juega sola, juega acompañada. Existe en el ajedrez un concepto que se llama ganar posicionamiento, es decir ubicar las piezas de tal manera que le permiten avanzar en la consecución del objetivo y en la política ese posicionamiento puede estar dado por los resultados obtenidos en ciertas alcaldías que representan en la política real un valor no solamente simbólico sino de números reales, traducido en votos, que es una de las formas de contabilizar la democracia. Si bien todas las piezas son importantes, dirán otros, es innegable que en esa lucha por contar votos existen en el Putumayo cuatro escenarios o posiciones primordiales que definen el mapa electoral del territorio: Mocoa , Puerto Asís , Orito y Valle del Guamuez . Estos cuatro municipios sumados pusieron casi 70.000 votos, en otras palabras el 56.0% de la votación general, más de la mitad de la votación total del departamento. Para quienes vienen siguiendo la política en el territorio debieron haber notado que desde hace varias elecciones se vienen dando resultados similares, salvo el caso Mocoa-Puerto Asís donde se alterna la primacía de quién pone más votos. Desde ese enfoque los invito a dar una mirada a los resultados para alcaldías obtenidos en esos lugares, segundas piezas en importancia dentro del tablero.
Rescatemos que técnicamente en el Putumayo el mismo número de votantes que participaron para elegir sus alcaldes (127.042) , votaron para elegir su gobernadora (126.343), se podría decir que se dio legitimidad política en la elección. Para la alcaldía, en Mocoa votaron válidamente 21.774 personas, 21.863 en Puerto Asís, 15.742 Orito, 12.021 en el Valle del Guamuez. Con estas cifras de los resultados obtenidos en esas alcaldías que, como ya lo anotamos, aportan más de la mitad de la votación de todo el departamento podemos ir armando el tablero.
En Mocoa el Partido Alianza Verde con José Antonio Castro ganó la alcaldía, fue el gran elector de esta jornada, se convirtió en el nuevo barón electoral del departamento. Contó con el apoyo de sectores del Partido de la U y la totalidad del Partido Cambio Radical, y Castro y compañía le hicieron el aporte más cuantioso en votos a la gobernadora elegida.
En Puerto Asís ganó Omar Guevara del Partido Liberal. Oportuno decir que pasadas las elecciones de 2011 se apresuraron a convocarse todos los candidatos perdedores, unificaron criterios y organizaron una consulta interna que dejó como ganador a quien hoy es alcalde electo. Omar Guevara hace 4 años fue el candidato del Partido Verde a la misma alcaldía, hoy lo hizo por el Partido Liberal.
En Orito la decisión acertada que a última hora tomó el candidato Arturo Rosero (Partido ASI) endosando su capital electoral, dejó a Manuel Eduardo Ocoró Carabalí del Partido de la U como ganador.
Finalmente en el Valle del Guamuez por estrecho margen Luis Fernando Palacios del Partido Alianza Verde ganó esta importante alcaldía.
Hacer un primer balance es una operación elemental de sumas y restas y seguramente llevará a mis lectores a ir sacando sus propias conclusiones. Ahora se preguntarán con justa razón: y el resto de alcaldías? Y la composición de la Asamblea? Y los Concejos Municipales?. Claro que cuentan, sin lugar a dudas. Solamente los invito a que los coloquen en orden de importancia dentro de ese tablero figurado del ajedrez y podrán seguir sacando sus propias conclusiones. En lo que considero hay poco, muy poco espacio para discusión es que hubo un gran perdedor (pero no el único) en el Putumayo y no fue otro que el Partido Conservador y el Uribismo, este último reducido a su más mínima expresión y que deja claro el mensaje en el sentido que el Partido Centro Democrático solo cuenta cuando quien figura en el juego se llama Alvaro Uribe Vélez. Por su parte el conservatismo, de tener Gobernación del Putumayo y 6 alcaldías en el departamento a quedar sin nada de ello, necesariamente tiene que llamarse derrota. Qué otro nombre puede dársele a este caso?
Quedan muchas reflexiones por hacer. No es bueno abusar del tiempo de nuestros lectores, pero permítame dejar algunas. Reflexionar es preguntarse por el caso del Partido Liberal que avanzó para el caso de algunas alcaldías y concejos pero su dirigente principal –congresista- perdió no solamente la Gobernación encarnada en su propio hermano sino que ocupó el último puesto en esta competencia y además perdió la alcaldía en su propia localía (Orito).
Otra reflexión: qué pasó con el Partido Polo Democrático? Más que cuentas de sumas y restas retrocedió enormemente como alternativa popular identificado con procesos de veeduría y control ciudadano que era como se identificaba ante sus electores, ahora desesperadamente acudiendo a arreglos y alianzas non sanctas que desfiguraron mucho aquello que predicaban. El fenómeno de lo que sucedió en la capital del país parece que no fue ajeno a nuestro departamento con este partido.
Pienso que el fragor de la contienda la más de las veces no deja lugar para la reflexión. A manera de ejemplo, la única intervención radial que la candidata Sorrel Aroca hizo sobre el caso Jorge Coral, candidato sub júdice del conservatismo, fue mal interpretada y distorsionada, cuando pudo interpretarse como una llamada de atención a una posible equivocación, un campanazo de alerta a una sociedad que no debe ensimismarse en su propia camisa de partido, alejándose de una realidad que reclama otros caminos y otras rutas para este territorio. Sencillamente la señora Aroca llamó a las cosas por su nombre: cada quien se hace responsable de sus propios actos pues los partidos están llenos de gente buena que no pueden convertirse en copartícipes de los que sus dirigentes hagan o dejen de hacer en función de la política o la administración de lo público.
Para resaltar el caso de Puerto Leguízamo que resolvió elegir a un joven indígena, Juan Carlos Paya, por un movimiento novedoso (MAIS) apoyando a la candidata a la Gobernación por el Partido Alianza Verde.
Para rematar, ya muchos habrán notado que el espectro político del departamento correspondió a lo que culturalmente somos: una región diversa donde tenemos cupo los indígenas, los negros , los mestizos y colonos. Eso somos. Para quien quiera sacar más conclusiones aún están al alcance de su mano las frías cifras que la Registraduría Nacional del Estado Civil aún cuelga en sus páginas virtuales donde hay espacio, por supuesto, para muchas más lecturas que las aquí realizadas y que igualmente merecen la mayor consideración.
Cordial abrazo de felicitación para los ganadores, a afrontar el duro reto de cumplir sus promesas y a empujar muy duro y para adelante este Putumayo. Mucha fortaleza para los perdedores y por qué no? también felicitarlos porque el solo hecho de presentarse a un escrutinio público requiere de decisión y como decimos en Colombia, de “berraquera” ¡ Recordarles que la política siempre es un péndulo…
Guido Revelo Calderón
Noviembre 5 de 2015