Publimayo
Por Carlos Villota Santacruz
El debate sobre el proceso de paz el pasado 21 de julio en la plenaria del senado dejó en claro a la opinión pública nacional e internacional que el proceso se encuentra en una etapa definitiva, a tal punto que los próximos cuatro meses son fundamentales. Un escenario donde el Congreso jugará un papel fundamental como escenario natural de la democracia, desde donde se debe delinear el presente y futuro del país, dándole cuerpo a lo que se ha dado en llamar: el posconflicto.
Gracias a este debate promovido por los senadores Horacio serpa (partido liberal) Roy Barreras (Partido de la U), Alfredo Rangel (Centro Democrático) e Iván Cepeda (Polo Democrático), el Gobierno -por primera vez en más de dos años de negociaciones en La Habana, con la guerrilla de las FARC- se hizo presente con el equipo negociador encabezado por Humberto de la Calle, por el entrante Ministro de defensa Luis Carlos Villegas y el Alto Comisionado de la Paz Sergio Jaramillo, bajo un diálogo abierto, respetuoso, pluralista y constructivo con la conducción desde la presidencia de la Cámara Alta por Luis Fernando Velasco (liberal del Cauca).
Precisamente, una región de Colombia donde la violencia –ha sido particularmente fuerte en las dos últimas décadas-. Una situación que ha impedido que sus recursos humanos y naturales jalonen el desarrollo un departamento con un alto potencial para enfrentar con éxito la globalización, cuna de 17 presidentes del país, sede de una de las Universidades más prestigiosas de América Latina: la Universidad del Cauca.
Desde diversas posiciones ideológicas –un absoluto respeto durante el debate- el senador Iván Cepeda recalcó que es hora desde el Congreso no caer en la tentación de decir verdades a medias del proceso del proceso de paz. “Todo por cuenta que la bancada del Centro Democrático, no quiere la paz. Le gusta la guerra”
De inmediato la bancada del ex presiente Alvaro Uribe (Centro Democrático) replicó a través del senador Alfredo Rangel, tras llamar la atención de su colega y de los colombianos, que el proceso de paz solo ha dejado su paso mayor índice de violencia y terrorismo, echando por tierra los logros del 2002 al 2010 en materia de seguridad.
A esta altura, el debate no solo alcanzó el clímax, dejando la puerta abierta al Gobierno para que a través de los partidos de la Mesa de Unidad Nacional (liberalismo y la U), entrarán a plantear las bondades del proceso de paz, la oportunidad histórica que tiene hoy Colombia de sellar más de 50 años de violencia con uno de los grupos guerrilleros más antiguos de América Latina, que por varios pasajes a sembrado el terrorismo, acompañado por el negocio del narcotráfico a gran escala.
Un hecho que preocupa a los ciudadanos, a los medios de comunicación y un sector de la comunidad internacional, que no ve “con buenos ojos” que las FARC, no pague sus delitos de lesa humanidad, el reclutamiento de menores e incluso el uso de “botín de guerra” de la naturaleza en los departamentos del Putumayo y Nariño, a través del derrame de miles de galones de crudo en los dos últimos dos años. Un episodio que puede condenar a estos dos territorios, a la más grave tragedia ambiental del siglo XXUI, sino se toman los correctivos del caso a través de una política de Estado –de recuperación de las zonas afectadas- y la salvaguardia de la seguridad alimentaria.
No en vano, los senadores Roy Barreras (partido de la U) y Horacio Serpa (partido liberal) no solo ratificaron su acompañamiento al Gobierno del presidente Santos en su propósito de alcanzar la paz, sino que destacaron el hecho que el presidente del senado conduzca un debate, -con altura- que le dará luces al Gobierno para trazar la hoja de ruta alrededor del proceso, en una clara invitación al senador Alvaro Uribe, para que se sume a esta etapa de la historia de Colombia. Algo que se interpretó dentro y fuera del Congreso, que la paz del país, es con todos. Con amigos y enemigos del proceso de paz.
En otras palabras el concenso alrededor del proceso de paz debe gestarse desde el Congreso –a través de debates como el registrado al inicio de las sesiones ordinarias-con el fin de impedir que el país en el segundo semestre del 2015, entre en un desgaste innecesario entre la guerra, las balas y el horror del terrorismo-.
El senador Serpa invitó a Alvaro Uribe apoyar el proceso de paz. “Una opinión suya, presidente Uribe, en ese sentido, le brinda grandes posibilidades al país. Es lo que necesita el país. Hay un solo proceso de paz”, comentó
Inmediatamente, Uribe tomó la palabra, reconociendo que el proceso de paz en La Habana “ha tenido cambios. Asomos de tranquilidad” , tras escuchar –subrayó al negociador del Gobierno Humberto de la Calle.
“Hay un cambio en el discurso entre lo escuchado en esta plenaria del senado por parte de Humberto la Calle y lo que hemos oído muchas veces. Se está hablando con mayor claridad de la entrega de armas”, sentenció el ex Jefe del Estado, ante el asombro de los presentes y televidentes que miraban el debate con atención que este martes 28 de julio, en un segundo capítulo que promete ser mejor que el primero.
Un debate que puede significar -en materia de la solución del conflicto- que independientemente que la responsabilidad exclusiva que le compete al presidente Santos del manejo del orden público y la conducción de negociaciones hacia la culminación del conflicto armado. Es indudable que el Congreso es el escenario natural, para construir el apoyo de los ciudadanos al proceso. Los partidos políticos –en su conjunto- no se pueden quedar expectantes y con los brazos cruzados, a la espera de unos resultados que compromete nuestra generación y las que vienen detrás.
Si se analiza en términos de –los retos y oportunidades de la paz en Colombia- la paz tiene futuro. Existe un camino de paz edificado desde el Congreso. Desde el senado con el liderazgo de su presidente Luis Fernando Velasco, que ha soportado desde su calidad de ciudadano los rigores de la violencia. Ha acompañado a sus habitantes, en muchas facetas de la guerra. Que más autoridad moral, para conducir el barco de la paz desde el legislativo, dándole visibilidad a las negociaciones de La Habana dese una visión proactiva. Con el idioma de la unidad nacional. (Gobierno y oposición en la misma mesa)
Carlos Villota Santacruz
Internacionalista, Comunicador Social y Periodista, experto en marketing político, marketing de ciudad y TLC
Twitter@villocol
Publimayo