Estancamiento económico, caída en el empleo y reducción en la inversión social son solo algunos de los problemas que aquejan a las regiones petroleras por cuenta de la caída en los precios del crudo. Oscuro panorama.
La incertidumbre y preocupación se han convertido en el “pan de cada día” de los contratistas de las firmas petroleras, los proveedores de bienes y servicios, las comunidades de las zonas de influencia petrolera e, incluso, de las mismas entidades departamentales y municipales.
Precisamente, estas últimas enfrentan una reducción en el monto de las regalías como consecuencia de las modificaciones en el Sistema General de Regalías (SGR). Para 2015-2016, el monto aprobado fue de $18,2 billones. Sin embargo, dada la coyuntura, la Comisión Rectora del SGR aprobó un aplazamiento del 30%; es decir, $5 billones.
Cada región petrolera enfrenta su propia crisis. Un estudio de la Cámara de Comercio de Neiva indica que Ecopetrol puso en marcha un recorte de 28% en su plan de inversiones para 2015 en el Huila (unos US$6.000 millones) y el retiro paulatino de los trabajadores más antiguos. Entre tanto, Pacific Rubiales ha despedido cerca de 7.000 contratistas.
En esta región del país, la capacidad operativa de las empresas se ha reducido entre 20% y 30%, según un sondeo efectuado por la mencionada entidad. Así mismo, ha disminuido el valor de los contratos en 30%.
Otras actividades como hotelería, vivienda y transporte también han comenzado a sentir las consecuencias de la crisis. La devolución de apartamentos que habían sido adquiridos en arriendo es tema de todos los días, mientras la ocupación hotelera se redujo entre 30% y 40% en los dos primeros meses del año.
En el transporte, las cosas no son diferentes. Antes de la crisis, las petroleras pagaban por una carga de crudo entre Neiva y Puerto Asís (Putumayo), entre $2,4 millones y $2,5 millones. Hoy en el mismo trayecto, el propietario de un carro-tanque recibe $800.000.
Economía en picada
Pero si en Neiva llueve, en Barrancabermeja no escampa. La presidente de la Cámara de Comercio de Barrancabermeja, Pilar Contreras, indica que al cierre de 2014 las empresas de servicios petroleros registraron una caída de 23% y la constitución de unidades productivas se redujo 3,2%. Cuatro renglones son los más afectados: metalmecánico, construcción, transporte y eléctricos.
Cálculos hechos por la Cámara apuntan a que en 2015 el desempleo en esta ciudad se situará por encima de 22%.
La directiva explica que la economía de Barrancabermeja mueve alrededor de $4 billones al año y 30% de este monto lo aportan las empresas que operan alrededor de la industria del petróleo, las cuales están vinculadas a un clúster compuesto por más de 480 firmas. Lo preocupante es que 15 de las más grandes ya han solicitado procesos de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades.
“La economía está estancada y a la crisis por los precios del crudo hay que sumarle que no se define nada de la modernización de la refinería. Esto ha motivado la terminación de contratos con Ecopetrol y con otras petroleras, al tiempo que los procesos licitatorios se han reducido significativamente. Empresas que tenían 30 o 40 empleados hoy operan con un promedio de 10”, asegura.
Esta preocupación la comparte el presidente de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Juan Camilo Beltrán, quien considera que la modernización de la refinería es clave y estratégica para la región. En este momento el proyecto es objeto de análisis de la junta directiva de Ecopetrol.
Beltrán también destaca otro tema que ha tenido incidencia directa en el empleo del departamento y es el recorte presupuestal para el Instituto Colombiano del Petróleo (ICP), por parte de la compañía estatal.
Datos de la petrolera indican que el presupuesto total del Instituto pasó de $243.400 millones en 2014 a $140.140 millones en 2015, 42% menos. Específicamente el monto destinado a inversiones del ICP pasó de $136.600 millones en 2014 a $87.940 millones en el actual periodo.
Como consecuencia de esos recortes se tomó la decisión de terminar dos contratos que pretendían realizar pruebas de investigación y que significan la pérdida de alrededor de 400 puestos de trabajo en Santander.
En la zona oriental del país, la Cámara de Comercio de Villavicencio, que tiene bajo su jurisdicción al Meta, Vichada, Guainía, Vaupés y al municipio de Paratebueno y que terminó 2014 con cerca de 40.000 matriculados. Allí las preocupaciones no son diferentes.
El presidente de la entidad, Carlos Alberto López, señala que la capacidad de producción de las empresas relacionadas con los servicios petroleros se ha reducido, impactando a municipios como San Martín, Acacías, Puerto Gaitán, Castilla La Nueva y Guamal. Además, algunas petroleras están contratando empresas de otras regiones del país, golpeando la proveeduría local. Otro de los temas de gran impacto es el cierre de la inversión social, porque se han reducido sus presupuestos. La época de vacas flacas llegó. Ahora, las regiones tendrán que demostrar que estaban preparadas para enfrentarlas.
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Menos regalías
El precio del petróleo no es la única preocupación. Como era de esperarse, los recursos que por regalías por asignaciones directas reciben los departamentos petroleros también se están viendo seriamente afectados, poniendo en riesgo el desarrollo de proyectos trascendentales para las regiones en materia de ciencia, tecnología, educación, recreación y deporte. Solo en el Huila, se estima que la reducción bordeará el 50%. Mientras entre 2013 y 2014, la región percibió $86.182 millones (es decir cerca de $43.000 millones anuales), en 2015 recibirá $22.897 millones. En 2011, este departamento del sur del país alcanzó a recibir regalías petroleras por más de $218.000 millones. En el Meta también se siente el impacto. Carlos Alberto López, presidente de la Cámara de Villavicencio, señala que solo en el Meta la Gobernación alcanzó a recibir más de $1 billón por año. Para 2015 se tenían presupuestados $250.000 millones, pero la cifra fue reducida a $187.000 millones. Según el Departamento Nacional de Planeación, el monto aprobado para distribución de regalías alcanza los $18,2 billones para la vigencia 2015- 2016, pero el gobierno acaba de congelar recursos por $5 billones.