Santos debería escuchar voces constructivas desde la oposición y desde sus propias toldas para rectificar donde proceda y evitar que los aduladores lo lleven al abismo.
ElTiempo
Rápidamente se desvaneció el mundo fantástico de las doce campanadas, uvas y calzones amarillos. Con las primeras ediciones de los noticieros en el 2015, el arbolito, el pesebre y los días del ensueño de-cembrino quedaron atrás.
En un hecho inédito de año nuevo, el máximo órgano del control fiscal en Colombia quedó en la calle, como aquellos inquilinos que no pagan renta y los sacan a patadas del inmueble. Parece Kafka, pesadilla, pero es así. El órgano con las más potentes atribuciones constitucionales no puede funcionar.
Y la justicia amaneció en paro. De la solemne mesa de 5 ministros que se comprometió a resolver el problema meses atrás, solo quedaron promesas rotas. Como el sentido de urgencia parece haberse esfumado en el Gobierno tras la reelección, la solución se fue de vacaciones, feliz Navidad, próspero año nuevo, que la paz sea contigo.
El indiferente centralismo les impidió ver que en la Costa, en Cúcuta y en tierras cálidas avanzaba feroz el chikunguña. Faltaron campañas de prevención, fumigación, información de campo, articulación de autoridades regionales de salud. Solo cuando ya estaba por Anapoima, cerca de Bogotá, se prendieron las alarmas. Baste leer a Salud Hernández, los reportes de La Opinión, de Vanguardia Liberal y trinos caribes de @ajaytuque para entender la indignación en las zonas más afectadas.
La Bolsa arrancó con otra caída de la acción de Ecopetrol, refrendando señales de desconfianza del mercado por el manejo de la empresa, ocultamiento denunciado por @idumaes del reporte del Boston Consulting Group, colapso de la política petrolera del Gobierno, nubes negras en economía y dura baja de precios internacionales.
Desde un portal activo en redes sociales, miputumayo.com, se informa que las Farc tendrían una alianza con ‘bacrim’ ‘Laconstru’ y que así, en llave, han asesinado a quienes no pagan sus extorsiones, como a Irma Cunchala. Silencio del Gobierno y del locuaz Mindefensa para confirmar o para desmentir estas informaciones.
Andrés Araque, el abogado promotor del fallo que le quitó al Gobierno la facultad de fijar los precios de los combustibles, denuncia que el último decreto, aún caliente, es una grosera burla a una sentencia ejecutoriada de la Corte, mientras la gente se pregunta por qué si el petróleo baja casi 50 por ciento, la gasolina apenas cae un modesto 5 por ciento.
Centrales obreras y trabajadores están insatisfechos con el aumento del mínimo por decreto tras la fracasada concertación; el Banco de la República advierte riesgos de inflación; a la voracidad tributaria se suma la nueva reforma que rige hace tres días, recesiva y peligrosa para la inversión, el crecimiento y el empleo; cárceles y uris hacinadas; paro anunciado en el Inpec; el Defensor del Pueblo pega alaridos, pero Santos ni siquiera le da cita, en fin.
A todas estas, están claros los grandes retos del 2015. Santos debe gobernar. No puede seguir siendo un mandatario ausente, preocupado solo por los diálogos de Cuba, con un gobierno contradictorio y descuadernado. Debe amarrarse los pantalones y concretar con hechos reales de paz, un acuerdo justo y sostenible con las Farc, (y ojalá con el Eln) admisible para los colombianos y para la humanidad.
Debe liderar la recuperación de la seguridad perdida. Debe garantizar elecciones transparentes y no trasladar a las regiones la dialéctica de la ‘mermelada’ que aplicó para su propia reelección. Debe adoptar correctivos serios frente al difícil entorno económico. Debe cancelar su neopopulismo tributario. Debe evitar que desde Minhacienda hagan naufragar el plan de infraestructura. Debe enmendar la plana frente a San Andrés y frente a Ecopetrol.
Y debe escuchar voces constructivas desde la oposición y desde sus propias toldas para rectificar donde proceda y evitar que los aduladores lo conduzcan por la senda del abismo. ¿Le ponemos fe de año nuevo?
Juan Lozano
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/sin-jueces-ni-contraloria-pero-con-chikunguna-juan-lozano-columnista-el-tiempo/15052995