Villagarzón, Putumayo
En 1998, campesinos de este departamento decidimos buscar un proyecto alternativo para la salida del conflicto, frente a los cultivos de coca que estaban en ese momento.
Pasaron cuatro años y el gobierno nacional aprobó la propuesta para el cultivo de la pimienta.
Ya empezamos a ver el éxito. Nos gustó mucho el cultivo, porque cada 15 días estábamos recogiendo nuestro fruto. Pero, en ese momento, fue difícil el tema comercial, porque nadie nos conocía como pimenteros. Entonces, mostramos la iniciativa de crear nuestra propia empresa.
A mí me impulsó a tomar esta decisión la indiferencia entre nosotros, la violencia que se empezó a vivir, una violencia civil, de odio entre nosotros mismos, de venganza.
Cuando pienso en los cultivos de coca, miro que ya no tienen futuro.
Nuestra pimienta es de muy buena calidad, porque nos la están comprando los mejores restaurantes de Bogotá.
Hemos recuperado unas trescientas hectáreas de bosque, estamos con una producción mensual de dos mil kilos, estamos aportando un millón de pesos de ingresos mensuales por familia. Y lo mejor es la tranquilidad que hemos logrado.
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