Monitores ambientales comunitarios reportan nuevos registros de Oso Andino en Putumayo

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Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), “la pérdida de hábitat y fragmentación, la cacería y la falta de conocimiento sobre la distribución y estado poblacional, son las principales amenazas para la especie”.


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CORPOAMAZONIA, de acuerdo con los lineamientos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, adelanta acciones conjuntas para la protección de la fauna silvestre fortaleciendo las estrategias de conservación a través de actividades de monitoreo comunitario. Por esta razón,  decidió apoyar aquellas que involucran decididamente a las comunidades rurales para obtener  resultados significativos.

Los monitores ambientales, quienes fueron elegidos por la comunidad, han sido determinantes en el éxito del monitoreo de esta especie amenazada en Putumayo. Esto demuestra la importancia de involucrar a la comunidad en los procesos de conservación. Desde noviembre de 2012, ellos participan en actividades de capacitación y adelantan sus labores de seguimiento, manejo de equipos, identificación de rastros, huellas, materia fecal, comederos y dormideros.

William Rengifo Velasco, Director General de CORPOAMAZONIA, considera que esta estrategia incluyente refleja que la gestión ambiental es responsabilidad de todos; de las instituciones, de la comunidad organizada, del sector privado, y de las ONG, entre otros. “Hemos vinculado a la comunidad local en los procesos de conservación de biodiversidad y esto se ve reflejado en los logros conseguidos en los últimos años, como en la disminución de la cacería, en la entrega voluntaria de fauna silvestre, en el avistamiento sistemático de especies, y en el cambio de actitud frente a la fauna silvestre”, afirmó Rengifo Velasco.

Por su parte, Ilvia Niño, Oficial de Programa del Piedemonte Amazónico de WWF-Colombia, considera que el monitoreo biológico ha sido efectivo gracias a la combinación del proceso de capacitación con la experiencia de los monitores. “Estamos trabajando con el conocimiento teórico de profesionales especializados, apoyando el conocimiento local de la comunidad”, explica Niño. “Este es un intercambio de experiencias en el cual quienes están monitoreando, a la vez están protegiendo a la naturaleza”, agrega.


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El monitoreo biológico es una herramienta clave para conocer el estado de las poblaciones de especies y de los ecosistemas, para proponer estrategias de manejo de las mismas en la región y para determinar el área potencial de Oso Andino (80.000 hectáreas). El territorio que abarca esta área potencial reúne todas las características ecosistémicas, morfológicas, geológicas, climáticas y geográficas que necesita esta especie.

Los registros de Oso Andino no son observaciones casuales

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Los registros de Oso Andino en la región del Piedemonte Andino-Amazónico en el Putumayo muestran el estado de conservación del territorio y son a la vez un indicador de la calidad del hábitat que hay en la zona y de la alta conectividad entre los ecosistemas. De allí que no es casual su hallazgo.

El desafío consiste en seguir fortaleciendo el plan de conservación, a través de iniciativas donde se comparte la protección y el manejo de especies en vía de extinción entre el estado y la comunidad.

Registros adicionales: una comunidad se compromete a cuidar el Oso Andino

El mes pasado, integrantes de una comunidad rural de Putumayo informaron a CORPOAMAZONIA y a WWF-Colombia sobre la presencia de un Oso Andino y sus intenciones de matarlo porque estaba rondando sus cultivos.

El agricultor Gilberto Pantoja afirmó: “cada año se come parte de la cosecha. Esa tarde íbamos a atisbarlo para matarlo, pero vinieron funcionarios de CORPOAMAZONIA y WWF-Colombia y nos hablaron de la importancia del Oso Andino. Nosotros queríamos matarlo porque no sabíamos nada de eso y nadie nos lo había contado”.

Después de la visita a Pantoja, CORPOAMAZONIA y WWF-Colombia, realizaron una reunión con toda la comunidad en la cual se trataron temas relacionado con la conservación de la especie, y las sanciones que conlleva causarle daño a una especie como esta. Ellos rechazaron la cacería y manifestaron sus preocupaciones por el ingreso a la zona de cazadores de otras veredas.

“Nos explicaron que no debíamos matar a los animales, que estaban escaseando y que en lugar de matarlos había que cuidarlos. Varios quedamos comprometidos en eso, yo por mi parte, voy a cuidarlos”, dijo Pantoja.

Fuente: WWF-Colombia y CORPOAMAZONIA


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