Despedida del Directivo Docente Gerardo Franco Sánchez Narváez.

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Apartes del libro PAGINAS SUELTAS DE UN MAESTRO
de Gerardo Franco Sánchez Narváez.

Para desarrollar acciones técnico-pedagógicas el Gobierno Departamental determinó ubicarme en el alto Putumayo como Supervisor de Educación Media.

Gerardo Franco Sánchez Narváez
Gerardo Franco Sánchez Narváez

Hace 20 años ( Estamos hablando en el 1993), un 5 de Abril de 1997 llegué a Mocoa para trabajar en el sector educativo. Esto me permitió conocer todo el territorio del Putumayo y la idiosincracia de las gentes, obtener el grado de maestría en la Universidad del Valle y viajar a la ciudad de la Habana, Cuba, para realizar trabajos de investigación de carácter pedagógico al interior de un sistema socialista.

Siendo el cargo de base el de Supervisor de Educación Media desempeñé en mi recorrido otras funciones como las de Secretario de Educación Departamental, obteniendo resultados satisfactorios al lograr en gran parte un clima administrativo que impulsó el mejoramiento de la calidad de la educación.

Tuve la oportunidad de escribir una obra titulada » Situación actual y perspectivas de la educación primaria y media en el Putumayo «, cuyos ejemplares sirven de consulta en la biblioteca Marco Fidel Suárez de esta ciudad y en la casa de la Cultura de Sibundoy. Además integré el equipo que escribió el Plan de desarrollo educativo y el proyecto de reordenamiento de la Secretaría de Educación, liderado por la Universidad del Valle.


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Al despedirme, me acompañan los deseos de plasmar con la luz del medio día y penumbras de amanecer las memorias que permitan hacer conocer las maravillas de esta tierra prodigiosa. Dejo mis alegrías y mis tristezas, todos mis sentimientos enredados en las palmeras centenarias que adornan la urbe y desafían el transcurso de los tiempos.

Dejo mis agradecimientos también al Gobierno Departamental y en él a su equipo de colaboradores quienes mediante la aplicación de normas vigentes están modernizando el sector educativo en beneficio de este pujante Departamento.

Me llevo como única fortuna la satisfacción del deber cumplido y una carga de añoranzas y mi idílica ilusión.

Algún día allende el mar, elevaré anclas y desplegaré las velas para visitar a Mocoa aspirando encontrar a sus gentes amando las alturas, queriendo llegar a las estrellas, enalteciendo a su tierra y pensando en Dios. Hasta pronto.


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