Por: Sorrel Aroca
A 2011, el Estado Venezolano, se convertía en el país con la mayor reserva probada de petróleo en el Mundo. 297 mil millones de barriles. (The Organization of the Petroleum Exporting Countries (OPEC)).
La política energética definida por el actual Estado Venezolano, se sostiene en la renacionalización, la certificación de reservas, el direccionamiento de recursos hacia actividades sociales y la solidaridad internacional, “buscando la máxima valorización de los recursos naturales no renovables y agotables mediante la obtención de precios justos y razonables en beneficio del pueblo soberano”.( Op. Cit: Plan siembra Petrolera 2012-2013).
El Plan Siembra Petrolera Refinación 2012- 2030, que contempla la construcción de nuevas refinerías en suelo venezolano, latinoamericano, europeo y asiático, de ellas dos en Suramérica (Ecuador y Brasil), busca incrementar el procesamiento de crudos pesados y extrapesados con el objetivo de satisfacer la demanda interna de combustibles y petroquímicos para exportar excedentes y revitalizar la industria básica de explotación y refinación, de una parte para Venezuela, ante la falta de capacidad en almacenamiento y en procesamiento de 1 millón b/d (barriles por día) contra los 2. 881 millones diarios en producción, con miras a autosostener la capacidad de almacenamiento y procesamiento con el objetivo planteado de lograr la soberanía energética. (Ver Plan Siembra Petrolera). Y por la otra reorganizar la industria de producción neta a la de diversificación de productos y servicios.
La política petrolera Venezolana, actualmente se mueve en el mercado internacional petrolero exclusivamente sobre los precios del mercado, más allá de la importancia o preocupación por el volumen de producción e infraestructura petrolera y de servicios, al estudiar por ejemplo el Plan Siembra Petrolera 2012-2030, fijado por el Estado Venezolano, nos asaltan las dudas: de una parte las dudas de sus contradictores: “Por fin un Plan, aunque sea de papel”, por otra parte: la sostenibilidad en la industria de los innumerables asociados a él, que no son pocos:
En últimos años, PDVSA (La compañía Estatal Petróleos de Venezuela) ha firmado más de cuarenta acuerdos energéticos con empresas estatales en todo el mundo, incluyendo, entre otras, CNPC y PetroChina, LUKoil y Gazprom de Rusia, Petrobras, Enarsa de Argentina, Petroecuador, Belarusneft, ONGC de India y Petropars de Irán.
PDVSA también ha firmado acuerdos para desarrollar empresas mixtas con Petropar de Paraguay, Cupet de Cuba, ENAP de Chile, ENI de Italia, Statoilhydro de Noruega, Total, Petrovietnam, YFPB de Bolivia, Petronic de Nicaragua, Petrojam de Jamaica, y Ancap de Uruguay, entre otras.
La política multipolar propuesta incluye la diversificación de los mercados petroleros; es decir, la decisión de trabajar con China, con el Caribe, con Centroamérica, con Suramérica.
“Mediante nuestros convenios, que tienen un fuerte componente de solidaridad, sobre todo con los países más pequeños, mantenemos la estrategia de tener una presencia en nuestro espacio geopolítico. Nosotros nunca antes le vendimos un barril de petróleo a China, y ahora le vendemos 640 mil barriles de petróleo”, “¿Quién es China? Es, en este momento, la segunda economía más grande del planeta, y en este momento el segundo importador más grande de petróleo del mundo: 9 millones de barriles diarios”, No estamos sujetos a los problemas de la economía estadounidense y europea, ni a la devaluación del dólar”, Mas “lo que sí hacemos en el contexto de la solidaridad y de una ética distinta en el tema petrolero es que nosotros establecemos con los países más pequeños, y siempre y cuando el precio supere un nivel, esquemas de financiamiento, y aceptamos que nos paguen con productos”, recalcó. (Tomado de la Presentación Memoria y Cuenta 2012 ante Asamblea Nacional de Venezuela, Caracas 28 de Febrero de 2013. Ministro del Poder Popular para Petróleo y Minería y Presidente de Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez).
A la luz de estos hechos reveladores de una economía nacionalista en marcha en donde el Estado Venezolano controla la renta petrolera, como inversión social por una parte y por otra como estrategia geopolítica en diferentes países del mundo, lo que dos décadas atrás era de exclusiva reglamentación por parte del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, hoy se convierte en un asunto de estabilidad económica transfronteriza, es decir, de todos, así mismo con la desconfiguración del mapa económico de dos décadas para acá, la gran lección que deja la política expansionista y de colonización petrolera de Los Estados Unidos, es que no puede haber estabilidad si induces violencia en cualquier parte del Mundo. Probablemente nuestros ojos estarán por presenciar una nueva reorganización del mundo, del que hacemos parte, la inestabilidad social reina en algunos países del continente, nuestro país no es la excepción, para contextualizar o mejor orientar un norte en nuestra abatida por años Colombia, nos es imperioso contextualizarnos en el momento histórico, es decir saber dónde estamos parados porque el momento caótico en el que chocan todas las fuerzas en conflicto sin un plan doctrinal bien preciso, desde todas las ópticas afianza la inestabilidad jurídica, social, incrementa el riesgo país y la consolidación de una industria petrolera rentable sostenible y estable cada vez será más objeto de incertidumbres y tropiezos, los por qué presentes en todos los escenarios de explotación minero energética en el país, por parte de las diferentes comunidades que reclaman inversión planificada y de impacto, reciprocidad social, ambiental, económica y racionalidad de la explotación, cada vez deben ubicarse mejor en los pensamientos de la política minero energética de un país con menos de 12 mil millones de barriles de petróleo como reserva probada que corresponderían mas o menos a casi 7.5 años de explotación.
La necesidad imperiosa de definir la vocación agroambiental de nuestros suelos en departamentos amazónicos como el Putumayo, es más que necesaria, Urgente. A menos de tres horas ya los productores de café, nos están dando una lección histórica, la vocación del suelo debe ser planeada y redefinida con una mirada generacional mas no cortoplacista. La unidedicación, exclusiva a extraer crudo sin la creación de industrias derivadas y/o sostenibles, lo anterior en materia de hidrocarburos, no es inteligente ni responsable, la dedicación exclusiva al extractivismo no es una fuente ni de fortalecimiento económico ni mucho menos sostenible y menos, cuando se encuentra alejada de la racionalización de un recurso no renovable y a pocos años agotable. La autoridad de definir una política minero energética en todos los niveles, nacional, departamental y municipal responsable y que respete a nuestras generaciones por venir va más allá de los egos ilusionistas del oro que brilla y se extingue como un soplo de vida: el oro negro.