Por : ZixZor
Desde que recuerdo las personas siempre hemos estado pendientes del día en que llegue el fin del mundo (No se alarmen, aún falta para eso :P). No sé si sea por una necesidad de que algo pase, cansados de ver lo mismo en nuestro inconforme vivir, o por nuestra constante curiosidad, que a veces llega a rozar los límites de la estupidez. Mal de muchos, consuelo de tontos, dicen. Ni modo, así somos, racionalmente incoherentes con lo que deseamos y la curiosidad mata al gato cuando menos piensa, pero que vainas, al menos murió sabiendo, cierto?. Porque es verdad, somos curiosos, y eso parte de nuestro ser, de nuestro existir, y es bonito; porque que sería de la humanidad si no lo fuéramos ah!. Seguro no avanzaríamos tan rápido como lo hacemos; No tendríamos ni matemáticas, ni química, ni física, ni aparatos como los celulares, ni la internet; no habría correo electrónico, ni mi blog De los tiempos cuando llovía pepinos, ni Facebook, ni el chat… No habría guitarras (jummm), ni música, ni rumba, ni licor, ni licooor, ni licooor noooooooo!!!! Por Dios!!!!, que se acabe el mundo menos el licooooor!!!!!!! (ufff Menos mal es solo una suposición), ni nada de ese tipo de cosas que provienen de la ciencia (Es verdad, quizás algunas no son tan necesarias, pero otras definitivamente, definitivamente, definitivamente siiii).
Así es, el hombre a construido todo nuestra realidad tratando de llegar siempre allá donde pensamos sería imposible, creando cada nueva cosa en base a un reto, a un desafío que se impone a si mismo (y cuando digo “el hombre” me refiero también a usted que está ahí sentado sin hacer nada). Que si los pájaros podían deslizarse por los cielos, el hombre también quiso hacerlo e invento cualquier cantidad de aparatos para volar; que solo los peces podían respirar bajo el agua y creó los aparatos de buceo; que solo una cantidad limitada de animales podían ver de noche y se inventó los infrarrojos, y así. Parece que nada resulta imposible al ser humano, que en nuestro gran ego, hasta el llamado “fin del mundo” se ha vuelto un desafío, para demostrar que nada nos queda grande; y que si les da la gana se vengan los extraterrestres ya mismo que acá los esperamos, y que si quieren problemas que la pinten como quieran que nosotros se la coloreamos, porque somos bravos.
Recuerdo que a finales de los noventa cuando se acercaba el fin de milenio muchas personas pensaban que se acabaría el mundo, y cientos de ellas que se llamaban no creyentes o simplemente no les importaba la religión corrían como hormigas locas, a pedirle al padre que por favor los bautizara lo más pronto posible, que porque con eso estarían salvos, y se perdonarían sus pecados para que pudieran ir al cielo tranquilamente. Ahí si, todos creyentes no? Que bravos que somos. Parecía que estuvieran pagando pensionados con las filas tan largas para recibir la tan anhelada bendición. Un momento kodak. El mundo no se acabó afortunadamente, es verdad, pero por lo menos la iglesia recogió cientos de centavos para las limosnas, y a los nuevos bautizados les lavaron bien la cabeza y quedaron limpios de pecado. Tres puntos a favor. Está bien, no todos estaban preparados para aceptar lo que venga, pero por lo menos ya estaban bañados.
Pero esto no es una historia nueva. La idea del fin del mundo viene desde mucho tiempo atrás, y ya en la época de Jesús se hablaba de eso, e incluso antes; que el fin de los tiempos estaba cerca, decían. Así que no nos sorprendamos si todavía se demora un poco; o como dice mi viejo “deje de estar pensando bobadas, que el mundo se acaba cuando uno se muere, y ya, mejor póngase a trabajar”. Pero papá le digo yo, dónde quedan entonces preguntas tan importantes como: De dónde venimos? Para dónde vamos? Somos los únicos en el universo?. Que carajos, me dice él, a usted lo que tiene que preocuparle es estudiar, trabajar y no ir a dejar por ahí una niña en embarazo porque ahí si que se le acaba el mundo oyó. Él no entiende de nuestras dudas existenciales. Pero bueno supongo que no todos somos iguales, y eso es lo que hace que este mundo sea divertido. (Ojalá que no se acabe el licor)
Con mi mamá en cambio siempre era diferente. Yo le decía, verdad mamá que usted si me entiende? … Entonces ella me miraba en aspecto reflexivo, como analizando bien las cosas, y yo pensaba que si, que ella si sabía de lo que yo hablaba (Es que ese cascarrabias no entiende nada), que por fin había visto la luz esta familia; pero entonces hacía un movimiento brusco con la mano y me decía: Ay hijo, mejor dedíquese a estudiar y a trabajar, y deje de estar pensando en esas cosas de borrachos. Filosofía mamá!.. Lo que sea, decía. Como ven, totalmente incomprendido, nada que hacer, una batalla perdida.
Pero a algunos si nos importan esas cosas, supongo que a alguien tiene que importarle. Aunque con tanto cambio de parecer de los medios de comunicación uno ya no sabe que creer. Unos días dicen que si, que hay que tener cuidado, y hasta hacen campañas publicitarias para vender el kid completo para riesgos del fin del mundo; y otros días dicen que no, que eso como que no, que habrá que esperar a la próxima profecía o una nueva interpretación de Nostradamus… carajo, que se pongan de acuerdo digo yo, sino me la voy a pasar pierda y pierda semestres por andar de rumba pensando que se acaba el mundo.
Lo que si es cierto es que el mundo se puede acabar en cualquier momento, ya sea por alguna predicción de alguna persona o cultura del pasado que así lo vaticinen, o porque las circunstancias de la vida así lo decidan, no sé. No queda más entonces que tratar de vivir el mundo a cada instante para que no nos tome por sorpresa. Así que riamos mientras podamos.
Feliz fin del mundo para todos! Buajajajajajaja
Saludos ZixZor
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