Con el proceso de paz los agitadores de la guerra serán los únicos perdedores

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Jorge E. Kuaran – Columnista. CNP Putumayo

Fue una sorpresa muy grata la noticia que el Gobierno Nacional y las FARC anunciaran el inicio de diálogos de PAZ, obvio se necesita ser muy cerrado, testarudo y necio para oponerse a tan noble actitud; aun si otros procesos han fallado por innumerables razones, siempre debe ser bienvenida la noticia que se hacen intentos de diálogos de paz, tantas veces sea necesario.

Lógico para algunos personajes que tienen montado su circo politiquero y otros muchos su negocio en la sangre derramada por hermanos colombianos enfrascados en esta guerra de ya casi medio siglo, esta noticia les debe haber caído como baldado de agua fría; tal es el caso del ex presidente Álvaro Uribe Vélez y su sequito de fanáticos que tienen montado todo su andamiaje político demagógico en la guerra colombiana, una guerra que solo agitan desde la distancia, pero que no son capaces de enfrentar como hombres si les tocara hacerlo; porque es muy fácil vociferar detrás y a muchos kilómetros de las tropas o de los campos de batalla, pero a la hora de la verdad si tuvieran que enfrentar la muerte como la enfrentan los colombianos combatientes de esta guerra, tengan la plena seguridad que se derramarían en llantos y sollozos de terror y cobardía. Por eso sigo insistiendo que si existiere algún político en Putumayo seguidor de esta nazista idea Uribista, con toda sinceridad habría que decirle desde estos espacios que está total y mentalmente desenfocado y entraría simplemente en esa camada de agitadores politiqueros que vociferan lenguaje guerrerista desde sus escritorios.

Los diálogos de PAZ, deben entenderse como unos procesos difíciles, que andan siempre en el hilo mas fino del fracaso, porque bien lo decía el señor presidente Santos, es que los acuerdos de PAZ solo los dialogan los enemigos, no los amigos; por tanto no son nada fácil, y precisamente por eso hay que pedirle al pueblo colombiano y a los medios de comunicación mucha prudencia, tolerancia y paciencia discreta. Es claro que nunca tiene que haber mordaza, ni atentar contra la libertad de expresión de la prensa y los medios, pero en este caso muy particular en lo que respecta al conflicto colombiano, somos los mismos colombianos que trabajamos en los medios los que más debemos tener cuidado con nuestras expresiones en torno a los diálogos y sus avances. En esa mesa se tendrán que escuchar propuestas inverosímiles que las partes han de lanzar para poder entablar el diálogo, pero de eso se trata la negociación y el debate para llegar a comunes acuerdos de beneficio nacional. De allí la importancia de llamar a la cordura a los medios de comunicación y la prensa en general, de no generar insulsas polarizaciones entre colombianos sobre muchas ideas en bruto, sin estar consensuadas, negociadas y concertadas como definitivas.

Darle a la mesa de negociación la privacidad pertinente mientras se acuerdan los puntos finales de PAZ es definitivo y oportuno. De todas formas la mesa está conformada por Colombianos, nada de lo que allí se acuerde será perdida para el país, ya que unos u otros se identifican con las propuestas de unos u otros actores de la mesa y todo quedará para beneficio general de nuestra patria y su gente.


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La gente que hemos vivido esta guerra, que hemos puesto la cuota de sangre de nuestros familiares mas cercanos, sabemos claramente de lo que se trata la reconciliación cuando de una guerra se habla, ya que después de haber pasado por un infierno oscuro de odio y venganza al final nos damos cuenta que nada de lo que hagamos o por muy fuerte que luchemos, en una guerra no hay vencedores ni vencidos, de persistir en ello al final todos perdemos. De allí la importancia de vivir en Paz, de reconciliarse entre hermanos de una misma bandera, de entendernos y debatir con el uso de la palabra desde nuestras diferencias en un amplio espacio democrático, donde gane la mejor propuesta de construcción de país, todo alrededor del ser humano como persona y no como objeto del capital. Que viva la Paz, la necesitamos y nos la merecemos. Ω

Por: J. Kuarán-
Colegio Nacional de Periodistas


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