DIARIO DEL HUILA
Gustavo de la Hoz, es un destacado director de cine que se ha dedicado a trabajar con grupos étnicos en toda la geografía nacional. Ayer presentó en el auditorio Olga Tony Vidales de la Universidad Surcolombiana su cortometraje más reciente: Crónica de un secuestro en Amazonas.
Además en las horas de la mañana estuvo dictando un taller en esta universidad. En medio de su clase, sacó un espacio para hablar con los medios sobre el trabajo documental.
¿Qué tan importante es la toma de distancia del apoyo estatal a la hora de hacer documentales?
Se necesita una producción independiente y yo no lo digo solamente en el tema del documental, eso pasa también en los largometrajes en los temas de ficción; muchas personas están confiadas y no hacen nada si no tienen un estímulo del Ministerio de Cultura.
Entonces por eso nosotros trabajamos el tema de los documentales de manera independiente. Hemos ganado unos reconocimientos del Ministerio de Cultura que se convierte en un apoyo. Yo no puedo decir que hayamos sido víctimas de la censura, hasta el momento hemos logrado hacer unos trabajos donde hemos ganado premios, se han pasado los proyectos, y esas realizaciones han cumplido, han seguidos los temas que hemos propuesto, pero es que hay muchos temas para tratar que se convierten en un problema.
¿Es difícil con las convocatorias?
Está uno solamente pensando en las convocatorias porque eso tiene un proceso largo, se demora mucho y limita mucho la capacidad de producción. Yo no puedo pensar que para hacer un documental como el que acabamos de hacer en el Putumayo, que tiene que ver con la defensa del territorio ancestral, porque están pasando muchas cosas en el país, desde gobiernos anteriores, especialmente en el gobierno anterior, se dieron en concesión una cantidad de espacios para la explotación minera, solo por poner un ejemplo, y eso está causando un daño irreversible en la naturaleza, y está metiendo en problemas a la naturaleza, ¿Quién está denunciando eso?, si nosotros esperamos a pasar un proyecto y que ganemos la convocatoria, seguramente primero hacen las obras.
¿Cómo financiaron este proyecto?
En el Putumayo nos invitan para defender un territorio ancestral milenario que van a despedazar para hacer una carretera, una variante, entre San Francisco y Mocoa, que nos tocó hacer, de nuestro propios bolsillos, con escasos recursos, con un apoyo de la universidad. Salir hasta el Putumayo a filmar y hacer un documental que trata, y visibilizar ese problema sin pensar en convocatorias, sin pensar en el apoyo oficial resulta costoso, pero si nos apoyamos en la tecnología moderna pues eso nos facilita muchas cosas, porque todo se reduce a una cámara con un buen formato, un micrófono y gente que sepa el manejo del documental.
¿A usted le ha ido muy bien con el tema de la antropología visual, se ha dado a través del ministerio o ha sido independiente?
Ha sido independiente, porque mi preocupación desde muchos años, y obviamente fue un aprendizaje dentro del mismo documental, después de tantos años de trabajar con diferentes directores de Colombia y en el exterior, pues hemos aprendido mucho y eso es lo que estamos aplicando en nuestros documentales, el caso de la antropología visual.
Acá comienza a verse la antropología visual para verse y visibilizar el trabajo en las comunidades y pues poder llegar a grandes públicos a través del documental de creación, eso ha sido experiencia. Ese es mi interés en los últimos años, trabajar desde eso temas antropológicos, muchos documentales que nos sirven como una herramienta de visibilizarían, de denuncia, de transmitir culturas a gente que no tiene ni idea de lo que pasa en el resto del mundo. En ese sentido le damos una utilización, le encontramos una utilizada a la producción del cine, el cine sirve para distraer pero también sirve para educar, para multiplicadores de causas.
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