Jimmy Diaz, nos comparte historias memorables de nuestro municipio, como homenaje en sus 447 años de fundación.
El Salón Parroquial de Mocoa.
Uno de los edificios más bellos y significativos en la historia de Mocoa es el “Salón Parroquial”, también llamado “Teatro Parroquial”, construido por la Misión Capuchina e inaugurado el 25 de julio de 1954, hace 56 años. El edificio se encuentra adjunto al templo y se construyó siguiendo los lineamientos del estilo puro del movimiento Art Deco.
En el solemne acto de inauguración, que contó con la presencia del obispo Fray Placido Camilo Croux, hablaron el cuasipárroco Pascual de Castellar y el personero Sr. Juan Herrera, quienes manifestaron, uno a nombre de la cuasiparróquia y el otro a nombre de la ciudadanía, “la viva satisfacción por el hermosos edificio construido para utilidad de todos” (Boletín Católico Nro. 199, Sept. de 1954).
La euforia de la inauguración de un centro destinado a la cultura y recreación de Mocoa, contrastó en ese entonces, con la depresión colectiva que vivían nuestros abuelos, producida por la anexión del Putumayo a Nariño, 9 meses antes, en octubre de 1953.
El Salón Parroquial se convirtió en los años 50 y 60, en un auténtico salón cultural. En ese recinto se dieron cita las diferentes expresiones lúdicas de nuestra población: teatro, música, pintura, desfile de modas, clausuras de colegios. Mensualmente, los últimos viernes de cada mes se realizaba allí la famosa Adoración Nocturna. También desde los años 60, el local funcionó como sala de cine, cuando las películas se proyectaban en blanco y negro.
Es difícil entender ahora el brillo y el relieve del teatro parroquial de los años 50 y 60, cuando en el pueblo aun no llegaban los radios transistores ni la televisión. Toda la lúdica de Mocoa se generaba a través de ese teatro, y daba gusto ver la nutrida asistencia a los actos que allí se realizaban. Los novios asistían en pareja, los esposos iban en familia, y todos vestían con sus mejores prendas como si fueran a una fiesta.
Hay que destacar que la gran mayoría de los eventos que allí se realizaban fueron protagonizados por actores y artistas criollos, los cuales eran auténticas estrellas de nuestra cultura local y motivo de orgullo familiar.
En 1997 esta edificación fue seriamente destruida por un voraz incendio y hoy, a pesar de las reparaciones, los que conocimos el antiguo teatro parroquial aun añoramos el pretérito papel que desempeño dicha edificación.
El Busto del General Santander.
El busto del General Santander que hay en el parque central de Mocoa fue colocado por primera vez el 6 de mayo de 1940, para conmemorar el centenario de la muerte del prócer.
Ese día a las ocho de la mañana, se celebró misa de Réquiem, con oración fúnebre del cuasipárroco y con la asistencia de las autoridades comisariales y municipales, la Policía Nacional, empleados, numerosos fieles y las escuelas de Mocoa, Umbría, Urcusique, Limón y San Antonio.
Hubo sesión solemne del Concejo Municipal y colocación del retrato del General Santander en el salón de sesiones y en el despacho de la Alcaldía “en cuyo acto llevó la palabra con patriótico acento el señor alcalde municipal don Neftalí Erazo”. Igualmente se colocó el retrato del general Santander en el despacho de la Comisaría, con alocución del Inspector de Sanidad, don Daniel Castro Chavarro.
En seguida se hizo “la erección del busto del prócer en el parque de la ciudad, con bella ofrenda floral; acto muy solemne, en el cual habló el señor Comisario Especial doctor Carlos Cesar Puyana”.
Esos actos y el desfile cívico que se realizó estuvieron amenizados por la “Banda Santander”, organizada y dirigida por el maestro Manuel María Burbano, y conformada por hábiles jovencitos de Mocoa bellamente uniformados. Los instrumentos de esa banda habían sido regalados el año anterior por el Ministro de Educación Jorge Eliecer Gaitán.
Fue a raíz de estos eventos que la plaza de Mocoa empezó a denominarse “Parque Santander”. Es de anotar que originariamente el busto se colocó sobre una bella columna circular, de concreto, en el centro del parque, mirando hacia el norte. Posteriormente se lo colocó sobre un pedestal cuadrado que se levantaba en el centro de una pila de agua, mirando hacia el Palacio Comisarial. Actualmente y desde 1970, con la última remodelación del Parque, el busto se encuentra en el costado occidental, dándole las espaldas al Palacio Departamental.
Además de estos trasteos y olvidos, el busto del general ha padecido también la acción directa de los iconoclastas. Pocos meses después de su inauguración, fue profanado por tres jóvenes que un 28 de diciembre lo sacaron y lo colgaron de un árbol, en el patio del Edificio Consistorial situado en la esquina donde hoy queda la Alcaldía. Pero no es necesario ir tan lejos: Este año 2010, a los setenta años de su erección, un grafitero escribió en su pedestal “vendepatrias” y “traidor”, y le aplicó pintura roja en el rostro, lo cual confirma lo que alguna vez dijo un poeta: “la gloria es una estatua cagada por las palomas”.
Esta es brevemente la historia del busto del prócer Francisco de Paula Santander en Mocoa. Venerado y homenajeado al principio, trasteado, olvidado y humillado después, este pedazo de bronce nos recuerda, sin embargo, que aun somos colombianos y que las Leyes están vigentes.