[su_spoiler title=»Si yo estoy convencido de que un candidato es malo para mi país, ¿qué puedo hacer como periodista?«]
Las normas de los códigos y de los manuales de estilo destacan un aspecto que da la clave para resolver el problema: el valor dialéctico de los hechos.
Entre el periodismo insípido de los que no se comprometen con nada ni con nadie, y el periodismo fogoso que se vuelve propaganda ardorosa a favor o en contra de una causa, hay un camino medio: el del periodista que muestra hechos y los hace entender.
El hecho vale más que mil discursos, su contundencia es tal que no necesita refuerzos verbales; está al alcance de todos de modo que su comprensión resulta fácil e inmediata. Demostrado con documentos y testimonios, es irrebatible.
Además, es una muestra de respeto al lector porque no ofrece la apariencia de presión o inducción de la mente del lector a quien se convierte en espectador de primera fila de los hechos que permiten juzgar a los candidatos y a sus políticas.
Un periodista que cuenta hechos y los documenta puede llegar a tener más fuerza que editorialistas y columnistas.
Documentación
Con motivo de los comicios electorales, algunas personas quisieron abrir un debate contra la prensa, señalando que no tenía influencia nacional por el hecho de que sus candidatos no habían sido favorecidos. Realmente los diarios apoyan a una u otra persona, pero su misión no es solo política. El periódico señala una posición. Al asumirla quiere manifestar cuál es su conducta ante el país. Qué piensa de éste, qué desea del gobierno; cómo concibe las relaciones ante sus compatriotas. Su empeño no consiste en tener poder en los mandos burocráticos. Y así lo expresa en su comentario editorial permanentemente.
Pero de cada episodio, de cada adhesión de la prensa, querer tomar posturas contra ella, es hacer enfrentamientos innecesarios…
El periódico que solo da noticias no está cumpliendo con su deber de orientar. Entregar multitud de datos, sin interpretación a un lector desprevenido, sin cultura, sin tiempo para evaluar aquellos es inundarlos de información que se pierde en el mundo de sus propias urgencias. Quienes predican que el periódico no debe influir en el juicio de sus lectores, es que temen que estos se solidaricen con los principios de la crítica. Esta debe ser dinámica para que sea la expresión de un mundo vivo, en el cual queremos que la comunidad mejore. La simple noticia es una manera de mantener sometido al lector sin interpretación de la vida inmediata, de la administrativa, de la política, económica intelectual. Es abandonarlos a su suerte de dramático silencio.
“El periodismo honesto, el periodismo responsable, el periodismo verdadero es el que pasa y deja las palabras para cada asunto, para cada persona, para cada ocasión.”
Otto Morales Benítez en Reflexiones sobre el periodismo colombiano. Universidad Central, Bogotá, 1982. Pp 81 y 206.
Publicado por: Javier Darío Restrepo en jun 25, 2012 01:18
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[su_spoiler title=»¿Cuál debe ser el comportamiento de un periodista en época electoral?«]
El mejor modelo es el que les da elementos informativos a todos los ciudadanos, para hacer una elección inteligente. Esto significa que la información deberá estar distanciada de todo propósito propagandístico o de partido.
Cuando se hace información a favor de alguien es inevitable caer en la propaganda, que es la deformación intencionada de la información imparcial. Hacer propaganda es tener ojos solamente para el producto que se quiere vender – sea objeto, institución, idea o candidato #¿NOMBRE? es negarse a ver todo lo que no sea el candidato o su partido.
Esto contradice la esencia de la actividad del periodista, que quiere abarcar, no una parte, sino la totalidad de la realidad y del público. Hay que notar, sin embargo, que estas normas son de obligatoria aplicación en las páginas de información, que son la mayoría en un periódico. En las páginas de opinión y del editorial, los columnistas y el editorialista tienen libertad para expresar sus preferencias electorales, ajustados eso sí a las normas éticas que rigen en las columnas de opinión, como el respeto debido a la verdad de los hechos que sirven de base a la opinión. El lector lo sabe y se beneficia de los aportes interpretativos de los columnistas. Lo que no es aceptable en modo alguno es que se combinen de modo tramposo la información y la opinión para favorecer o atacar a candidato
Documentación.
Para que el lector no pueda ser inducido a error de confundir noticias con opinión, y viceversa, los textos que expresan pensamientos, comentarios, juicios de valor, creencias o interpretaciones de los redactores, deben ser presentados gráficamente de modo diferente de las crónicas, gacetillas y referencias a hechos y datos registrados por el periodista.
En los temas en los que haya posiciones contrapuestas, La Nación recogerá en sus páginas todas las disidencias con el fin de ofrecer al lector una cobertura completa del asunto. La opinión propia del diario sobre el tema será tratada en la columna de editoriales.»
La Nación de Buenos Aires.
Manual de Estilo y Ética Periodística. Páginas 45 y 47: Principios éticos y de conducta profesional.
El diario The Washington Post está comprometido en la búsqueda intensa, responsable a imparcial de la verdad sin aprensión alguna respecto de cualquier interés particular y sin favoritismos ni privilegios para nadie.
Los redactores y editores del diario se comprometen a enfocar cualquier tarea periodística con la imparcialidad propia de una mentalidad abierta y sin preconceptos….
Nos abstenemos de participar activamente en cualquier causa partidaria -política, asuntos de la comunidad, acción social, manifestaciones- que pudiera comprometer nuestra capacidad para informar y editar imparcialmente…
Tanto los redactores como los editores están comprometidos con la imparcialidad… La imparcialidad es el resultado de unas pocas prácticas simples:
Ninguna crónica es imparcial si omite hechos de gran importancia o significación. La imparcialidad implica el carácter integral de la noticia.
Ninguna crónica es imparcial si incluye basicamente información improcedente a expensas de hechos significativos. La imparcialidad implica que la información sea pertinente.
Ninguna crónica es imparcial si, consciente o inconscientemente, mueve a error o incluso engaña al lector. La imparcialidad implica honestidad, lo que no significa situarse en el mismo nivel del lector sino jugar limpio con él.
Ninguna crónica es imparcial si los redactores ocultan sus prejuicios detrás de ciertos términos sutilmente despectivos como «rehusó,» «a pesar de,» «silenciosamente,» «admitir» y «masivo.» La imparcialidad requiere que el estilo franco y directo se anteponga a toda ostentación.
The Washington Post
En Código de Conducta.
Los diarios, aun cuando tienen libertad para tomar partido, deben distinguir claramente entre el comentario, la conjetura y el hecho.
Código de Prácticas de la Prensa Británica.
Publicado por: Javier Darío Restrepo en oct 28, 2003 12:00
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