Hoy es el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, la segunda causa principal de muerte en el mundo. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), cerca del 80% son prevenibles.
Cada 29 de octubre se celebra a nivel mundial el Día del Accidente Cerebrovascular (ACV) con el fin de informar sobre esta patología, contribuir a la prevención de la misma y sus desenlaces fatales.
El accidente cerebrovascular (ACV) es la segunda causa principal de muerte en todo el mundo (después de la cardiopatía isquémica), según información recopilada por Naciones Unidas.
El Ministerio de Salud y Protección Social informó que para 2019 en Colombia, el ACV fue una de las cinco primeras causas de mortalidad, ocasionando 32 decesos por cada 100.000 habitantes.
En el Área Metropolitana, en 2020 se presentaron alrededor de 3.600 casos, según datos recopilados por la neuróloga Isabel Restrepo, miembro de la Asociación Colombiana de Neurología.
En coherencia con sus hallazgos, en la región suroccidental del país (Cauca, Nariño, Putumayo) se presentan 6,8 casos de ACV por cada 1.000 habitantes, mientras que en la región oriental (Boyacá, Cundinamarca, Santander) la cifra se incrementa a 17,2 casos por cada 1.000 personas.
“Estas diferencias podrían atribuirse a múltiples factores como estilos de vida (ver Para saber más), factores étnicos, diferencias en hábitos alimentarios, acceso a la atención en salud y falta de recursos, los cuales se encrudecieron de manera preocupante durante la pandemia”, afirmó la especialista.
La cartera de Salud, en su pronunciamiento oficial sobre el tema, afirmó que el 60% de los pacientes con ACV que no se atienden oportunamente mueren o quedan con discapacidad, “de ahí la importancia de conocer los síntomas premonitorios y actuar con rapidez”.
En qué consiste el ACV
Para actuar de manera oportuna ante un ACV, es importante entender en qué consiste. Según MinSalud, los accidentes cerebrovasculares son fenómenos agudos que se deben, sobre todo, a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia o en el cerebro.
Dependiendo de su naturaleza, se dividen en isquémicos y hemorrágicos. El primero es aquel que se produce por un coágulo de sangre que bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro (este es el tipo más común); el segundo consiste en un vaso sanguíneo que se rompe y sangra en el cerebro.
El doctor Efraín Alonso Gómez, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares de la Fundación Clínica Shaio y miembro de la Sociedad Colombiana de Cardiología, explica que “el cerebro es muy sensible a la falta de oxígeno. Si una arteria se tapa y pasa mucho tiempo, mayor destrucción de neuronas y mayores secuelas”.
Minutos que salvan vidas
Identificar los síntomas del ACV y acudir de inmediato a urgencias (o comunicarse con una línea de atención médica de emergencia), es la manera correcta de proceder, incluso si alguno de los síntomas es intermitente o desaparece por completo.
De acuerdo con Gómez, los que hay que identificar es: “Primero, la imposibilidad de hablar o pronunciar el propio nombre. Segundo, intentar sonreír y notar una desviación en alguna parte de la cara y, tercero, tratar de levantar los brazos y perder la fuerza en alguno de ellos”.
Cuando quien sufre un ACV llega a las instituciones médicas, hay un servicio de intervención rápida, narra el doctor, “podemos destapar esa arteria rápidamente para que las secuelas que pueda tener la persona sean muchísimo menores”.
Así mismo, cabe anotar que además de los tres signos enunciados anteriormente, es posible que en algunas ocasiones un ACV ocurra gradualmente, presentando uno o más síntomas repentinos como: confusión o dificultad para comprender a otras personas; dificultad para ver con uno o ambos ojos; problemas para caminar, mantener el equilibrio o la coordinación, mareo y dolor de cabeza severo que aparece sin motivo.
ACV y covid-19
Al igual que ha ocurrido con la atención de otras enfermedades, las personas han minimizado la importancia de responder ante las señales de un evento cerebrovascular. “Lo hemos visto también en pacientes con infarto agudo de miocardio: por miedo a la infección por el SARS-CoV-2 consultan tardíamente, aún con síntomas de alerta como los que mencionamos previamente”.
En ese sentido, el especialista reitera y advierte que el tiempo para atender este tipo de afecciones es muy corto, “tanto que se habla de más o menos cuatro horas y media para lograr hacer la intervención”.
Finalmente, recuerde que haber sufrido un ACV es un factor de riesgo para sufrir enfermedad grave o morir a causa del covid-19. Por eso es fundamental la vacunación en clave de prevención y la implementación de las medidas de bioseguridad: tapabocas, distanciamiento físico y lavado de manos.