Semana – Esta es la lengua del pueblo Awá, que vive en el municipio de Ricaurte, Nariño, y que ha dejado de hablarse entre los indígenas más jóvenes. Desde los colegios se hacen esfuerzos por incluir su enseñanza como parte del currículo y motivar a los estudiantes de la región, así no sean de la comunidad, para que la aprendan y se comuniquen con ella.
En Colombia se hablan 70 lenguas. Además del castellano, hay otras 65 que hablan más de 400 mil indígenas para quienes estas constituyen el pilar de su cosmovisión y parte fundamental de sus tradiciones culturales. Sin embargo, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) muchas de ellas se encuentran en peligro de desaparecer.
En el departamento de Nariño, Putumayo y al norte del Ecuador habitan los indígenas Awá, que significa “gente de la montaña”. Awapit es el nombre de su lengua y aunque su enseñanza ha comenzado a perderse, la comunidad trabaja para recuperarla y que niños y jóvenes aprendan a comunicarse con ella. En la Institución Educativa Bilingüe Agroindustrial de Sindagua, ubicada en el municipio de Ricaurte, Nariño, se guían bajo el proceso “kamtatkit-kamna-kamtatkit”, que traduce “enseñar-aprender-enseñar”.
De los 372 estudiantes que hacen parte de esta institución, el 95 por ciento son indígenas Awá. Además de enseñar materias fundamentales como ciencias sociales, ciencias naturales, castellano y matemáticas, el currículo incluye áreas especiales como lengua Awapit, derecho propio, legislación indígena, derecho mayor, derecho de las comunidades, cultura y cosmovisión Awá.
Raimundo Ortiz, rector de la institución, explica que el colegio quiere formar líderes indígenas para que representen a la comunidad. “Nuestro papel como institución educativa es rescatar la cultura a través de la educación. Aunque es un proceso a largo plazo, queremos recuperar poco a poco el idioma. No es una tarea sencilla porque este ya no se enseña en la casa, entonces las escuelas tienen que cumplir con ese papel, pero es fundamental porque el Awapit es propio, nadie más lo tiene y no podemos dejar que se pierda”, agrega.
De los 19 profesores que enseñan en el colegio, 13 hacen parte del pueblo Awá, y una de las clases más importantes es la de cosmovisión que tiene cuatro componentes: el mundo de arriba, el mundo de los espíritus, el mundo donde vive el pueblo Awá y el mundo de abajo. El Awapit es una herramienta importante para comprender el conocimiento y las formas de subsistir de las comunidades.
Los niños que reciben clase en este colegio llegan de diferentes resguardos que hacen parte del Cabildo Mayor Awá de Ricaurte (CAMAWARI). Aunque en los resguardos hay escuelas, este colegio recibe a quienes cursan bachillerato y a niños, niñas y jóvenes en edad escolar que no hacen parte de la comunidad indígena pero que también se forman en Awapit.
“Mi abuela decía que el awá sin lengua no sería awá porque es nuestra herramienta de poder para transmitir todo nuestro conocimiento. Debido a la discriminación y a la violencia que generó el conflicto armado en esta región, la lengua se ha perdido, pero queremos que los niños y los jóvenes se motiven y entiendan la importancia de no dejar morir nuestra identidad”, agrega Pedro Nastacuaz, líder comunitario del Consejo Municipal de Ricaurte.
Las montañas nariñenses de esta región del Pacífico sur colombiano y sus habitantes se han visto afectados por el conflicto armado y los problemas de orden público, por lo que la labor de Jetis Paí, de 26 años y miembro del resguardo Awá de Labrada de Tumaco, es fundamental para los indígenas Awá.
Paí es docente del idioma Awapit y trabaja en la Oficina de Enlace de Víctimas en Ricaurte. Su labor ha sido traducir, transmitir y darle a conocer a los indígenas Awapit hablantes las rutas de atención y los derechos que tienen como indígenas, como colombianos y sobrevivientes del conflicto armado.
“Me gusta trabajar por mi pueblo, por la gente que me necesita. Me dedico a ser un puente entre el awapit y el español porque más del 50 por ciento de los indígenas de Ricaurte hablan el idioma propio, sobre todo los que están más alejados del casco urbano. Son ellos quienes mantienen viva la cultura, el idioma, la tradición y las artesanías, pero también son los que no conocen sus derechos, por lo que toca dárselos a conocer”, agrega.
Paí también opina que el idioma es fuerza, y es lo que los hace diferentes de los otros, por eso se debe fortalecer la lengua madre de los Awá.