La Asociación de Productores de Arroz de comunidades campesinas del municipio de Leguízamo, Putumayo, lidera el sueño de generar sus propios ingresos económicos y llevar a la mesa de sus hogares un alimento saludable libre de conservantes. Un sueño que se fortalece con el funcionamiento de la trilladora que lograron hace tres años.
MARTHA CECILIA RENTERÍA M
En el kilómetro 22 de la vía que comunica el casco urbano de Puerto Leguízamo con el corregimiento La Tagua, se encuentran las instalaciones de la Asociación de Productores de Arroz de comunidades campesinas víctimas del conflicto armado en Leguízamo. Ahí su principal fortaleza; su capital humando y una trilladora industrial con capacidad para trillar 800 kilos por hora, que los asociados lograron con gran esfuerzo hace tres años.
Con 15 asociados activos, optimistas y emprendedores, que sembraron el arroz en las vegas del río Putumayo, la trilladora entregó su primer encargo hace 20 días. El sueño se hizo realidad, luego de ajustar los tornillos, acomodar los bultos y con mucha paciencia, se trillaron 20 cargas de arroz que se enviaron al mercado local.
En el mercado el arroz se vendió a buen precio y a pocas horas se agotó. La calidad y el sello de arroz amazónico, hacen que los agricultores encuentren un nuevo camino de subsistencia agrícola amigable con la salud y con el medio ambiente en la región.
Orlando Marín López, representante legal, artesano y socio fundador de la iniciativa, no desiste de la gran propuesta. Pese a las críticas de los más pesimistas que llegan a la trilladora, él ha demostrado que, con trabajo, los sueños se cumplen.
Esta gran iniciativa es el resultado de un compromiso social que adquirió doña, Rosaura Figueroa, cuando fue coordinadora de víctimas en el municipio y al ver la necesidad alimentaria en los hogares, decidió motivar a la comunidad a formar empresa para empezar a generar paz a través de la agricultura.
Hoy reciben el apoyo de la Administración Municipal de Leguízamo como una iniciativa que se enmarca en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET, por su gran aporte a la transformación del campo, a la seguridad alimentaria y nutricional en uno de los 7 municipios más afectados por el conflicto armado en Putumayo.
¡La trilladora está al servicio de los leguizameños! Manifiestan los asociados, los más fieles al gran proyecto que avanza en la adecuación de un espacio para el secado del grano que proviene del campo ribereño. Cada uno aporta desde sus conocimientos, se han vuelto mecánicos, maestros de construcción, economistas y empacadores de arroz. Y todos saben que en el buen manejo de la trilladora está la esperanza de continuar dando vida a una labor digna de admirar en tierras del Bajo Putumayo.