¿Quién no ha visto esas impactantes imágenes de bolsas, botellas plásticas, llantas y demás desperdicios industriales engarzados en las redes de los pescadores en plena alta mar?
Y ¿quiénes son conscientes de que en el fondo del mar -como una palpable prueba de la altísima contaminación ambiental que sufre la naturaleza- se encuentran desde neveras, lavadoras hasta computadores y demás aparatos tecnológicos?
Estos hechos son los que corroboran la urgente necesidad de cambiar el paradigma ambiental para apostarle decisivamente a la reducción, la reutilización y el reciclaje de estos productos y a una verdadera cultura del reciclaje.
Y es por esto que en el Día Mundial del Agua, las autoridades y los implicados en este tema hacen un llamado para que la gente se sume a la cultura del reciclaje como hábito permanente y no como hecho circunstancial y esporádico.
“Es vital que un gestor especializado haga este tratamiento de estos aparatos eléctricos y electrónicos, al contrario, al entrar en contacto con fuentes hídricas pueden crear un impacto ambiental e irreversible para la naturaleza”, dijo el gerente de la empresa Ekolsov, Mario Castilla.
“Esos componentes que tienen plomo y toxinas se dispersan mal, van al agua y producen un daño enorme a la vida humana y al medio ambiente y eso es lo que contienen estos aparatos”, dijo el viceministro de Carlos Alberto Botero.
Entonces, ¿Qué hacer? Muy sencillo, preguntarle a los que saben y dejarse asesorar de empresas expertas en soluciones ambientales.