Labores de vigilancia en las carreteras del departamento le permitieron al personal de la Corporación Regional del Quindío, CRQ, hallar un macabro cargamento cuyo destino era Putumayo, conocido como el paraíso de la hechicería en Colombia.
En el camión de una empresa de encomiendas fueron hallados dos cráneos y dos mandíbulas. Profesionales de la universidad del Quindío trabajan en la identificación de los restos óseos.
Un centenar de plumas y 60 colmillos completaban el contenido de la caja cuyo origen es rastreado por los sabuesos de la Fiscalía y por personal de la Policía Nacional, la Procuraduría Ambiental y el Ejército Nacional.
Dichas instituciones junto con la CRQ hacen parte del Programa de Control al Tráfico Ilegal de Fauna aprobado por el Comité Interinstitucional para el Control al Tráfico de Fauna y Flora del Departamento del Quindío, Ciffiq.
Quienes enviaron la encomienda y quienes la recibieron infringieron la ley 1774 de 2016, la Ley de Maltrato Animal, que contempla penas de uno a 36 meses de cárcel y multas que van desde 5 hasta 60 salarios mínimos mensuales vigentes, dependiendo de la gravedad del caso.
En algunas ocasiones, por la gravedad de la agresión, se aplica la pena máxima, tres años de cárcel, y se le puede sumar las tres cuartas partes de la mitad de esa pena máxima, 13,5 meses más.
Algunos restos corresponden a 7 especies: guacamayo azulamarillo (ara ararauna), guacamaya bandera (ara macao), guacamayeja (ara severa), tucaneta esmeralda (aulacorhynchus prasinus), gallinazo (coragyps atratus), reyes gallinazos (sarcoramphus papa) y guacamayo verde o militar (ara militaris).
El material incautado provenía de Bogotá, Cundinamarca, y su destino final era Sibundoy, Putumayo, donde los representantes de Corpoamazonía iniciaron sus investigaciones para determinar quiénes serían los receptores de los restos.
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