El rio Cocayá es un cuerpo de agua más de nuestra rica red hídrica superficial existente en el departamento del Putumayo, sin embargo, el desaforado e ilegal crecimiento de la minería del oro ha hecho que esta y muchas más fuentes hídricas estén al borde de la muerte por el alto ingreso a sus cauces de solidos suspendidos (principalmente arcillas) ocasionados por el uso de dragas de diferentes tipos y capacidades e incluso de retroexcavadoras en algunas zonas del departamento.
El rio Cocayá nace en la vereda Altamira, en los límites de los municipios de Villagarzón y Puerto Caicedo. Atraviesa las siguientes veredas: Quebradonia, Guasimales, El Caruso, La Frontera y el Cedral, en el municipio de Puerto Caicedo y, El Caribe, La Sabaleta, Unión Cocayá, Santa Lucia, la Danta y Canacas en el municipio de Puerto Asís, donde desemboca al rio Putumayo.
Hasta finales del año 2012, en la parte media y baja de su recorrido, se podía realizar pesca artesanal, para autoconsumo, de Sábalos, Bocachicos, Sabaletas y Zingos, así como también, era usado con fines recreativos y para consumo de agua de algunas familias campesinas. Lamentablemente, a la fecha, solo se puede ver una corriente espesa de lodo de color amarillo ocasionado por la minería del oro en la parte alta de su cauce y en algunos de sus tributarios.
Varias personas y comunidades preocupadas por la situación del rio y la afectación sufrida han solicitado el apoyo de CORPOAMAZONIA como autoridad ambiental que es, de los alcaldes y de la policía, sin embargo, según lo manifiestan, han hecho caso omiso a los requerimientos. Ante la mirada esquiva e indiferente de las autoridades competentes, donde pareciera que importa más la politiquería y desmedido afán de burocracia, las comunidades ya no saben a quién acudir ante la catástrofe ambiental que se está produciendo en este y muchos cuerpos de agua en el Putumayo.
La pregunta que se hacen es ¿Cuándo será que CORPOAMAZONIA hace algo por proteger y recuperar los ecosistemas acuáticos de nuestro departamento que se están convirtiendo en depósitos de desechos y pierden sus caudales y biodiversidad debido a despiadada deforestación y contaminación?
Desde ésta columna hacemos un llamado de S.O.S. CORPOAMAZONIA y a los alcaldes quienes tienen competencia directa en la minería ilegal que se está desarrollando en todo el departamento con altísimos impactos sobre los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad íctica. De igual manera, a los entes de control como la Procuraduría General de la Nación y a la Defensoría del Pueblo, pues ésta situación está afectando la vida de comunidades rurales que nada pueden hacer frente a ésta situación. También se llama la atención de las organizaciones sociales campesinas para que se pronuncien en contra de esta actividad depredadora de los ricos ecosistemas acuáticos en particular y de la biodiversidad en general.
Jaime Armando Erazo Villota Miembro del Colegio Nacional de Periodistas Seccional Putumayo