La renuncia del papa debería ser tomada por la iglesia católica como una oportunidad para sacudirse de un letargo de décadas que le ha significado la pérdida de millones de adeptos. “Una iglesia que les dice a sus seguidores que deben prescindir de bienes materiales es una iglesia sospechosa que no entiende las preocupaciones sociales y que no sirve como instancia moral. Así se pierden creyentes”.
Esta frase la dijo el sacerdote y teólogo suizo Hans Küng, en una entrevista con la Revista Semana. Küng compartió pupitre en la Universidad con Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), y es una voz autorizada para hablar de las fortalezas y debilidades de la iglesia católica.
Y es que si hay una frase que marcó mi infancia es la que le escuchaba decir al padre en misa: “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de los cielos”. Le preguntaba a mi mamá por su significado y me aunque “le bajaba el tono” a esta grave sentencia, quedaba igual de confundido. ¿Es un pecado generar riqueza? Me preguntaba.
Ahora con poder de discernir creo que se debe generar riqueza para compartirla. Pero no regalándole nada a nadie, porque como dice el proverbio chino “es mejor enseñar a pescar que dar el pescado”. La mejor manera de ayudar a los demás es generando oportunidades de una vida digna con empleo y negocios para otras personas que lo necesitan.
Don Jaime Cardona, dueño de Almacenes La 14, es un ejemplo de ello. Estos supermercados líderes en el Valle de Cauca, se caracterizan por tener un gran surtido a buenos precios. Y se logra gracias a un modelo en el que incluye a los pequeños empresarios que buscan oportunidades para comercializar sus productos. Esta es una relación gana-gana, como deben ser todos los negocios.
Me encontré en el Canal Uno después de las once de la noche de un día cualquiera un programa de televisión de una de tantas iglesias cristianas que abundan en Colombia. Me llamó la atención el discurso del pastor, quien dedicó su charla a tratar el problema de la timidez. Él decía que era un pecado.
Más allá de si es un pecado o no, lo cierto es que la timidez en exceso resta posibilidades a quien la padece en los ámbitos laborales y personales. Y Dios quiere lo mejor para nosotros así que quien se deja doblegar por la timidez se estaría alejando de Dios. Palabras más, palabras menos, ese era su planteamiento.
Otro de sus programas lo dedicó a las finanzas personales y hablaba sobre la importancia de tener unas finanzas bien organizadas, sin deudas excesivas. Por ejemplo, no recomendaba tomar créditos hipotecarios a 20 años para lograr hacerse a una vivienda, y por el contrario le inculcaba a sus feligreses la importancia del hábito del ahorro como la mejor manera de alcanzar las metas. Incluso, daba algunas recomendaciones mientras su auditorio tomaba atenta nota.
Estos discursos parecen estar más conectados con la realidad y el día a día de las familias. La iglesia católica debería dar un vistazo y aprender lo mejor de estas “otras formas de fe” para acercarse más a las necesidades materiales y espirituales de sus feligreses.
PD: se me quedan en el tintero dos graves problemas que también enfrenta la iglesia católica y que deben ser asumidos por el nuevo papa. El primero es la posición ambivalente ante los casos de pederastia que tanta indignación causan en el mundo entero. El segundo, la necesidad imperiosa de dar un debate serio sobre el celibato como un requisito indispensable para profesar la fe.
—
Ricardo Solarte Ojeda
Director Creativo Antorcha, Cifras y Comunicación SAS
Periodista especializado en Economía y Negocios
Con especialización en Gerencia de Mercadeo Universidad EAN