Por : Ricardo Solarte
Eso dijo el Puma en su más reciente intervención como jurado del programa La Pista de Caracol Televisión. Vaya reflexión tan profunda: “los hijos no son de nuestra propiedad. Son de la vida. Son de Dios. Cuando el muchacho descubre su vocación empezó a ser feliz. Déjelo ser”. Fue el consejo que dio a los padres de familia en Colombia.
Y es que el 98% de los capitanes de los grupos de baile que participan en La Pista no son aceptados por sus padres y sus familias porque consideran que el baile no es una profesión digna. Tremendo error. Toda actividad artística que se haga con pasión, amor y respeto a la sociedad es una profesión digna de admirar.
La televisión por estos días nos está dando una lección acerca de estos temas. En la telenovela “Rafael Orozco, el ídolo”, la mamá de Rafa le insistía a su hijo que dejara el canto porque eso solo le traería desgracias. Que mejor se pusiera a estudiar para que algún día lo puedan llamar doctor.
Aunque esa serie está recreando una historia que ocurrió en la década de los 70’s, lo cierto es que, al sol de hoy, en pleno siglo XXI, aún hay padres de familia que están pensando que lo mejor que le puede pasar a sus hijos es que los llamen “doctor”. No quiero decir con esto que la educación no sea necesaria para tener mejores condiciones de vida. Sin duda alguna lo es.
Lo que quiero decir es que a los hijos hay que ayudarles a descubrir su potencial en una edad muy temprana para reforzar aquello en lo que son buenos. Sin importar si eso es lo que soñaron o no sus padres. Si a su hijo le gusta el baile y es bueno para eso, inscríbalo en una academia para que sea el mejor bailarín. Si le gusta el teatro o la pintura, apóyelo. No lo vea con desgano, ni pensando en el qué dirán de sus vecinos.
Andrés Jaramillo, fundador de Andrés Carne de Res, el restaurante más famoso de Colombia, entre otros aspectos, por su particular decoración, dejó sus estudios de economía porque nunca se halló en la Universidad. En un acto de rebeldía rompió sus libros y abandonó la academia. “Debieron descubrir mi talento a tiempo y seguramente hubiera sido el mejor carpintero del mundo”, dice.
Como le dijo Diomedes Díaz a su hijo “…por eso Rafael Santos yo quiero dejarte dicho en esta canción que si te inspira ser zapatero sólo quiero que seas el mejor, porque de nada sirve el doctor si es el ejemplo malo del pueblo…”.
Ricardo Solarte Ojeda
Director Creativo Antorcha, Cifras y Comunicación SAS
Periodista especializado en Economía y Negocios
Con especialización en Gerencia de Mercadeo Universidad EAN