El merito más importante que tienen los resultados electorales alcanzados el 20 de junio de 2.010 en el Putumayo, es la imposibilidad que tienen los mismos de ser atribuidos a alguien o un hecho en particular, como es la costumbre de analistas y políticos, porque aquí no hubo caciques, jefes políticos, orientaciones de partido o un solo fenómeno que los causará.
Los protagonistas y estrellas principales de este afortunado desenlace son la mayoría del pueblo putumayense que, a través de la legalidad y la democracia reclaman con justeza un gobierno orientado por la vida, la honestidad y la transparencia como el que encarna la propuesta y la persona del profe Antanas Mockus.
Es un llamado con fuerza que exige todo el protagonismo que, conforme a los derechos constitucionales establecidos, tiene el pueblo putumayense en la toma de decisiones para la definición y la ejecución de las políticas públicas en la región.
No más programas asistencialistas, no más políticas trazadas desde Bogotá o de los centros de poder del mundo que, llegan a la región en forma impositiva, inconsulta y saqueadora, causando en la última década multimillonarias inversiones fallidas que, solo han dejado dependencia, desesperanza e indignidad en la gente del Putumayo.
El pueblo del Putumayo cansado por la ingobernabilidad no quiere que se repitan hechos de vergüenza nacional y mundial, como los acontecidos con los últimos dos gobernadores del Putumayo que, amparados en la fe religiosa robaron y saquearon el erario del departamento.
Los putumayense quieren construir una sociedad mejor en donde se borren como opciones de vida la ilegalidad y la violencia, como las causadas por el conflicto armado, el desplazamiento forzado y los cultivos de uso ilícito, que han convertido a esta bella y rica región del país en un teatro de guerra, en donde han ocurrido y siguen ocurriendo las más cruentas violaciones a los derechos humanos y ambientales como las masacres de los paramilitares, la guerrilla y las fumigaciones áreas con glifosato.
Con esta votación el pueblo del Putumayo exige al hoy presidente electo Juan Manuel Santos, un cambio radical en el tratamiento desde el gobierno nacional a esta estratégica región de Colombia, de igual manera demanda de la cooperación internacional una amplia participación en la definición, ejecución y evaluación de todas las acciones que en materia de desarrollo local, regional, en la conservación y aprovechamiento de sus recursos naturales hoy se desarrollan y tienen proyectadas para el departamento, entre las cuales se destaca la fase III del Plan Colombia, la explotación hidrocarburifera y minera y los megaproyectos de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramenricana – IIRSA.