
Quiero expresar, desde lo más profundo del corazón, las gracias a cada putumayense que nos ha abierto la puerta de su casa, que nos ha regalado su tiempo, su palabra sincera, su abrazo y su esperanza; a quienes nos han escuchado con respeto y nos han alentado a seguir aun en los momentos más difíciles.
Mi gratitud infinita a mi equipo de trabajo incansable que ha caminado a mi lado con convicción, sacrificio y amor por el Putumayo, dejando horas de descanso, familia y tranquilidad para convertir este sueño colectivo en una causa viva.
Su apoyo nos compromete y nos emociona, porque esta campaña a la Cámara de Representantes con la L-102 no es solo una aspiración política, es un acto de fe en nuestra tierra, en su gente y en la posibilidad real de un Putumayo más justo, digno y unido.