Bancos centrales y demanda industrial sostienen el ciclo alcista

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La subida de los metales preciosos no es algo pasajero: una compra sostenida de oro por parte de los bancos centrales, la vuelta de los flujos a los ETF y una demanda industrial récord están cimentando un ciclo que no muestra grietas.

Oro: la columna vertebral del rally

El año 2025 en el oro arranca con dos motores claros. Primero, los bancos centrales. En el primer trimestre, estos compraron 244 toneladas, dentro del rango elevado de los últimos tres años, con el Banco Nacional de Polonia como el más destacado. En el segundo trimestre bajó sensiblemente, hasta las 166 toneladas netas, pero con una intención declarada de seguir acumulando reservas, según una encuesta del Consejo Mundial del Oro.

Segundo, la inversión financiera. Tras meses de salidas, los ETF respaldados por oro registraron entradas “contundentes” en el segundo trimestre, clave para que la demanda total del trimestre suba un 3% interanual y su valor batiera récords con 132.000 millones de dólares.

Este cóctel se completa con los precios. El oro, recientemente, ha superado los 4.200$/oz, encadenando máximos históricos ante las expectativas de bajadas de tipos, la debilidad del dólar y las tensiones geopolíticas.


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Este triángulo tiene implicaciones claras. Primero, está amortiguando la elasticidad negativa de la joyería en entornos de precios altos: si el consumidor reduce compras, la inversión financiera rellena el hueco. Después, diversifica el impulso del mercado, que ya no depende solo del calendario de la Reserva Federal. Por último, crea un suelo de confianza: si las instituciones monetarias siguen sumando oro, el mercado tiende a interpretar que el activo mantiene su rol estratégico como reserva de valor.

Para los minoristas, el mensaje es doble. Quien busque exposición táctica al momentum puede hacerlo vía vehículos líquidos con disciplina de riesgos. Quien quiera una exposición estratégica, debe recordar que el oro brilla cuando crece la incertidumbre macro y financiera. En cualquier caso, conviene entender la diferencia entre operar al contado y hacerlo con instrumentos apalancados como forex CFD, ya que esto amplía los beneficios… pero también exige una gestión del margen y del “gap risk” más estricto.

Plata: el músculo industrial que empuja desde abajo

La plata también está destacando enormemente, pero sobre todo en el mundo industrial. En 2024, la demanda industrial de plata alcanzó el récord de 680,5 millones de onzas, cuarto máximo consecutivo, impulsada por la fotovoltaica, redes eléctricas, electromovilidad y un repunte de consumo asociado a despliegues de IA.

La fotovoltaica es el caso más ilustrativo. Cada eficiencia adicional en células y módulos de última generación tiende a elevar la carga de plata por panel, incluso cuando la industria intenta reducirla por coste. A esto hay que sumar los vehículos eléctricos y las redes inteligentes, todos con intensidad metálica al alza. Aunque el ciclo de precios pueda invitar a cierto ahorro de plata por unidad en algunos subsegmentos, la escala de la transición energética compensa.


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No es casualidad que, en paralelo al oro, la plata también está en máximos de precios, a 50$/oz. En un portfolio, el oro y la plata operan como “primos cercanos”, con sensibilidades distintas: el primero más defensivo-monetario; la segunda, con beta cíclica-industrial añadida. La combinación puede mejorar la diversificación de factores, siempre que se entienda que la correlación entre ambos se eleva en picos de estrés y que la volatilidad de la plata puede ser superior.

Para la industria, los precios altos son un arma de doble filo: encarecen inputs, pero también incentivan la inversión y el reciclaje. La planificación de compras debe incorporar estrategias de cobertura con horizontes distintos para atenuar el impacto en márgenes ante repuntes súbitos.

¿Qué puede romper o reforzar el ciclo?

Hay varias cosas que pueden hacer cambiar el ciclo… o darle más fuerza. La política monetaria y liquidez, por ejemplo. Un ritmo de recortes de tipos más lento de lo descontado puede enfriar el apetito táctico por metales, sobre todo en la parte más “caliente” del rally.

Los bancos centrales también tienen mucho peso. Un giro coordinado de estas instituciones puede hacer que cambien los precios rápidamente. Sin embargo, ahora mismo no tiene pinta que esto vaya a ocurrir.

La cadena de suministro de plata también tiene bastante que decir. El déficit estructural se ha podido cubrir con inventarios y reciclaje, pero no es algo que funcione para siempre. Si sigue subiendo la demanda PV, la industria podría necesitar optimizar la plata por unidad para evitar colpensiones excesivas.

Pistas prácticas para inversores y empresas

Los inversores tienen que tener en cuenta algunos factores que pueden ser pistas para el futuro de los metales preciosos:

  • Asignación estratégica: el oro refuerza la resistencia de un portfolio multiactivo en shocks de crecimiento o liquidez; mientras que la plata añade potencial en fases expansivas por su beta industrial.
  • Vehículos: quienes prioricen liquidez y custodia suelen optar por ETF de réplica física y, para tácticas, por futuros u opciones.
  • Coberturas corporativas: si los costes dependen de la plata, habría que considerar coberturas escalonadas a 6-18 meses y revisar la diversificación de proveedores. El contexto de déficit de mercado exige jugar a favor del ciclo, no en su contra.
  • Señales a monitorizar: las compras trimestrales de bancos centrales, los flujos a ETF, el spread entre precio spot y precio a futuro, y las métricas de demandas de PV. para anticipar posibles inflexiones en la plata.

El empuje combinado de bancos centrales en el oro y la demanda industrial en la plata está sosteniendo el tramo alcista de 2025. Mientras no cambien esos fundamentos, y con precios ya en zona de máximos históricos, la clave pasa por gestionar el riesgo sin perder de vista que el ciclo, por ahora, se sostiene desde dos flancos distintos.


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