Qué hacer en el pueblo de Putumayo nominado a los Best Tourism Villages de la ONU

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Baños termales, destino turístico ubicado en el municipio de Colón, Putumayo. Foto: Mauricio Alvarado Lozada

ElEspectador

Las vacaciones de mitad de año son el momento perfecto para salir de la rutina y descubrir destinos que dejan huella. ¿Por qué no aprovechar para hacer algo diferente y recorrer los pueblos que están dando de qué hablar a nivel internacional? Colombia, con su riqueza natural y cultural, ofrece mucho más que paisajes: alberga comunidades rurales que hoy son ejemplo de turismo consciente, auténtico y transformador.

Esto se reconocerá próximamente en la edición 2025 de los Best Tourism Villages, una iniciativa de ONU Turismo que destaca a las comunidades rurales que han sabido convertir su identidad, tradiciones y entorno en experiencias turísticas sostenibles y auténticas. Para esta edición, Colombia ha postulado ocho pueblos que reflejan lo mejor de su diversidad cultural y natural y uno de ellos es Colón, en el departamento de Putumayo, un destino que empieza a brillar por su propuesta de turismo con sentido.

Para darle un breve contexto de qué lugar va a visitar, debe saber que Colón es un municipio colombiano ubicado en el departamento de Putumayo, situado estratégicamente en el Alto Putumayo, en la zona de transición entre los Andes y la Amazonía. Fundado originalmente en 1916 con el nombre de Sucre por el fraile franciscano Fidel de Montclar, adoptó su denominación actual de Colón en 1936. El municipio se encuentra a 68-90 kilómetros de Mocoa, la capital departamental, con un acceso por la vía que conduce hacia Pasto que toma aproximadamente 3 horas y 40 minutos de recorrido.


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La nominación de Colón a estos estrategia de la ONU se debe a su exitoso modelo de turismo comunitario y sostenible, que ha logrado integrar la biodiversidad local, las tradiciones indígenas ancestrales y la rica cultura campesina que caracteriza la región en una propuesta turística. Este enfoque ha demostrado cómo el turismo rural puede convertirse en una herramienta efectiva para el desarrollo territorial, la protección del patrimonio cultural y natural, y la construcción de paz desde los territorios.

La población de Colón se formó principalmente a partir de colonos mestizos provenientes de otras regiones del país, especialmente del vecino departamento de Nariño, junto con comunidades indígenas que posteriormente se asentaron en la zona.

Tres planes que hacer en este lugar

Valle de Sibundoy

El Valle de Sibundoy, también conocido como Alto Putumayo, es un territorio ubicado en la cabecera del río Putumayo, al suroeste de Colombia, en las estribaciones del nudo de los Pastos. Este valle está conformado por cuatro municipios: Santiago, Sibundoy, San Francisco y Colón. Rodeado por imponentes montañas cubiertas de bosque, incluyendo los cerros Cascabel, Juanoy, Bordoncillo y el volcán Patascoy, representa un punto de transición único entre los Andes y la selva amazónica, donde convergen dos ecosistemas fundamentales que han creado un santuario de biodiversidad excepcional.


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La riqueza cultural del valle radica en la convivencia entre las comunidades indígenas kamëntšá e inga y la arraigada cultura campesina local. Esta mixtura cultural se manifiesta vívidamente en tradiciones como el Bëtsknaté o Atun Puncha (el Gran Día), un festival que celebra el intercambio cultural, la coexistencia y la armonía regional a través de música, bailes, desfiles y muestras artesanales. Las emblemáticas máscaras de madera pintadas con colores vívidos, que históricamente desempeñaron un papel importante en rituales religiosos y como forma de resistencia cultural, siguen siendo elaboradas por artesanos locales que mantienen vivas las técnicas ancestrales. Las artesanías con chaquiras y los tradicionales sayos son igualmente representativos de esta rica herencia cultural.

Los termales

Las aguas termales de Colón constituyen uno de los principales atractivos turísticos del Alto Putumayo, siendo reconocidas por sus propiedades terapéuticas y curativas. Estas aguas provienen directamente del volcán Patascoy y emergen de la tierra con temperaturas que oscilan entre 38°C y 45°C, creando un ambiente natural ideal para la relajación y el alivio del estrés. Las comunidades indígenas originarias han utilizado estas fuentes termales durante siglos, aprovechando sus beneficios medicinales y convirtiéndolas en un elemento central de su tradición cultural y práticas de sanación ancestral.

El Centro Turístico Ambiaku, cuyo nombre significa “agua medicinal” en lengua inga, representa el proyecto más ambicioso para el aprovechamiento sostenible de estos recursos naturales. Ubicado a aproximadamente veinte minutos de Sibundoy hacia el occidente, este centro ofrece piscinas termales cubiertas que se surten directamente de las fuentes naturales. La experiencia se complementa con servicios adicionales como sesiones de fangoterapia y caminatas por senderos selváticos, proporcionando a los visitantes una experiencia integral de bienestar que combina relajación, turismo de salud y conexión con la naturaleza amazónica.

Además, en Colón los visitantes pueden explorar la ecoaldea Cuna de la Danta, dirigida por la Fundación Campesina Kindicocha, donde se enseñan técnicas de bioconstrucción con materiales como la guadua, ampliando así la oferta de turismo rural y educativo del municipio.

Paramos

Colón destaca por su extraordinaria riqueza natural, siendo el Páramo de la Rejoya su joya ecosistémica más preciada. Esta área protegida, creada en 1980 gracias a la visión de Carmen Elisa Guerrero y Mario Armando Barrera, abarca 300 hectáreas de bosques y páramos situados entre 2600 y 2700 metros de altitud, en la zona limítrofe con Nariño donde se dividen las vertientes Pacífica y Andina del nudo de los Pastos. La reserva alberga una vegetación extraordinariamente diversa que combina plantas típicas del páramo con árboles maderables, arbustos, epífitas y herbáceas, destacándose especialmente por su riqueza orquideológica con más de 140 especies pertenecientes a aproximadamente 30 géneros diferentes, muchas de ellas endémicas y sin estudios previos, todas caracterizadas por sus complicadas relaciones simbióticas con su entorno.

La fauna de La Rejoya incluye especies emblemáticas y en vía de extinción como el oso de anteojos, el venado conejo, la danta de páramo, el perro de monte, el chucur, el cusumbo (Nasuella olivacea) y el tigrillo. Adicionalmente, se han registrado más de 50 especies de aves, entre las que sobresalen la pava de montaña (Chamaepetes goudotii) y la tángara de montaña (Buthraupis montana). Complementando esta oferta natural, el municipio cuenta con el Ecosistema de Runduyaco, otra área de conservación que ofrece senderos ecológicos para el disfrute del ecoturismo, consolidando a Colón como un destino privilegiado para el turismo de naturaleza en el Alto Putumayo.


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