

El grupo armado Comandos de Frontera (CDF) controla las rutas de cocaína desde Putumayo hasta Sucumbíos, en el norte amazónico ecuatoriano. Ya tienen presencia también en territorio peruano. La ciudad de Lago Agrio, en la provincia de Sucumbíos (Ecuador), muy cerca de la frontera con Colombia, enfrenta una escalada de violencia por ser un escenario clave del conflicto transfronterizo, según un reportaje de Ojo Público.
Los Comandos de la Frontera son responsables de una serie de asesinatos ocurridos en la zona desde septiembre de 2024. Ese mes fue asesinado el director de la cárcel local, lo que marcó un punto de quiebre en el nivel de violencia: solo en el primer trimestre de 2025 se registraron 35 homicidios en Sucumbíos, según cifras oficiales.
Llamado al gobierno. El alcalde, Abraham Freire, ha solicitado más policías, equipos de protección y armamento adecuado para enfrentar la situación. En Lago Agrio rige un toque de queda entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana, como parte del estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa. El gobierno ha declarado como objetivos militares a 22 grupos narcodelictivos, entre ellos Comandos de la Frontera.
En la provincia de Orellana, al sur de Sucumbíos, la organización ha impulsado actividades de minería ilegal, imponiendo vacunas a operadores locales. Para consolidar este control, los CDF han estrechado vínculos con el grupo criminal ecuatoriano Los Lobos, según explicó Renato Rivera, investigador especializado en seguridad. Esta alianza ha desatado disputas violentas: operadores de minas ilegales que se niegan a pagar extorsiones han buscado protección en Los Choneros, estructura rival.
Sucumbíos está en el corredor del narcotráfico. Aunque las plantaciones de hoja de coca en esta provincia son incipientes, su ubicación geográfica la posiciona como una zona de tránsito crucial para sustancias ilícitas que ingresan desde el Putumayo colombiano. A través de este territorio se moviliza además gasolina de contrabando, insumo esencial en el procesamiento de cocaína en laboratorios clandestinos del lado colombiano, según el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado.
La estructura de los CDF no solo se financia mediante economías extractivas ilegales. Documentos reservados y fuentes vinculadas a investigaciones en curso señalan que la organización ha extendido sus operaciones de lavado de dinero a mercados internacionales, incluyendo inversiones en bienes raíces en Europa. El operador principal de estas transacciones sería un individuo identificado con el alias de “Gerente”.
Contexto. Comandos de Frontera hace parte de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CN-EB), organización que también incluye una escisión de la Segunda Marquetalia en Nariño. A comienzos de abril, este grupo llegó a acuerdos con el gobierno colombiano que contemplan la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito y la construcción conjunta de una hoja de ruta hacia un acuerdo definitivo.
