

ElTiempo – La Corporación Panamazónica pone el dedo en la llaga.
La naturaleza y el cambio climático pareciera le están pasando cuenta de cobro a la carretera que une a los departamentos de Nariño y Putumayo, la misma que, sin medir las consecuencias, hasta atravesó un páramo con la complacencia de las autoridades ambientales.
El pasado 7 de marzo en la vía que de Pasto conduce al corregimiento de El Encano, ubicado a orillas de la laguna de La Cocha, se registró una avenida torrencial o creciente súbita por el desbordamiento de tres quebradas, que mantuvo bloqueada la citada carretera y además causó graves afectaciones en las veredas El Socorro, Bellavista, El Encano y El Puerto.
La avalancha originada por el fuerte invierno que azota a Nariño, lamentablemente dejó un saldo trágico de 4 personas muertas, 12 vehículos atrapados y otros 10 fueron arrastrados por el río El Encano, al igual que 38 personas rescatadas en su mayoría de los vehículos que se movilizaban por el citado trayecto, otras 219 personas resultaron afectadas y además se reportaron daños considerables en 65 viviendas, cultivos agrícolas y animales.

Tras la triste tragedia, la Corporación Panamazónica, con sede en la ciudad de Pasto, hizo un fuerte llamado de atención a congresistas, gobernantes, autoridades ambientales y a la sociedad civil de los departamentos de Nariño y Putumayo.
Una avalancha de grandes dimensiones
Para el presidente de la entidad, ingeniero Gerardo Rosero Pérez, las avalanchas que se han presentado en la zona de influencia de La Cocha, si bien es cierto, son cíclicas, cree que la última tuvo unas grandes dimensiones debido a varios factores.
Menciona que uno de ellos es la ola invernal, principalmente en las zonas ubicadas por encima de los 3.200 metros sobre el nivel del mar, donde hay páramos y zonas de recarga hídrica, al igual que nacen las quebradas Quilinsayaco, Moras, Moquillo, Orejuela, Ríos Negro, El Encano, La Piscicultura, entre otras.
“Eso hizo que sus aguas inicialmente se represen y luego se desborden caudalosamente”, asegura.
Para el profesional nariñense un segundo factor lo constituye la construcción a la que califica como “trocha” cuando se refiere al tramo El Encano – Santiago, para permitir la instalación de la Línea de Transmisión eléctrica del Circuito Betania – Altamira – Mocoa – Pasto, causando deslizamientos que inclusive amenazan con colapsar esta misma infraestructura, lo cual afectaría la interconexión eléctrica con el sur de Colombia y el vecino país del Ecuador.
Cambio en la dinámica fluvial
Un tercer factor lo resume así: “En el área donde se hizo la ampliación de la trocha entre El Encano y La Piscicultura, por efecto del proceso constructivo, se presentó una variación en la morfología de la zona, originando un cambio en la dinámica fluvial”.
“En consecuencia se produjo la remoción en masa, arrasando con todo lo que se encontró en su trágico camino”, asegura luego.
También advierte un cuarto factor y, además muy grave, está relacionado con el desconocimiento absoluto de que la zona se encuentra en áreas de reserva forestal y Rasar, es decir, humedal de importancia internacional.
En su explicación, Rosero hace la siguiente aclaración: “Con la remoción de la biomasa para la pavimentación de la trocha, se cortó el Corredor Biológico Andino Amazónico Páramo del Bordoncillo – Cerro de Patascoy – La Cocha, causando la alteración del bosque protector”.
El manejo ambiental
La Corporación Autónoma Regional de Nariño, Coronario, responsable del manejo ambiental de la región, en el mes de mayo del 2023 había participado en la formulación del plan de manejo ambiental del complejo de páramos La Cocha – Patascoy.
En ese espacio, la entidad reconoció que solo se presentaron avances en la construcción del citado plan, como un instrumento de planificación ambiental entre las corporaciones Corponariño y Corpoamazonía.

En el año 2021 la misma corporación había recomendado a la Alcaldía Municipal, tener en cuenta el estudio de riesgo para ser incorporado en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, como también había sugerido determinar áreas de protección absoluta, de acuerdo al Plan de Manejo Ambiental Integral Humedal Ramsar – laguna de La Cocha, pero eso no se ha cumplido.
Falta paz con la naturaleza
Para el gerente de la Empresa de Obras Sanitarias de Pasto, Empopasto, Javier Oñate, se hace necesario aplicar en la región el lema de una paz con la naturaleza.
“Hemos mirado que las cuencas y microcuencas están totalmente devastadas y deforestadas, ha sido de una forma inclemente, el cambio climático es una realidad y sus efectos hoy los estamos sufriendo”, indica.
A su turno, las autoridades del resguardo indígena Quillasinga Refugio del Sol en el corregimiento de El Encano, habían advertido a través de llamados de atención, acciones populares, tutelas y requerimientos a las autoridades, sobre las pésimas condiciones y detrimentos ambientales, al igual que la pérdida de biodiversidad reflejada en la falta de oxigenación del agua en la laguna de La Cocha y la pérdida de especies nativas.
Quienes se encuentran al frente del mismo resguardo señalaron sin vacilaciones al responsable directo del desastre ambiental en la región.
“En el territorio hemos tenido que enfrentar la ausencia de quienes, como Corponariño, deberían velar por la protección de estos espacios. La negligencia y la indiferencia de esta entidad han permitido el deterioro ambiental”, sostienen con preocupación los indígenas que habitan en la zona.
