Cómo un par de recicladores callejeros terminaron socios de la millonaria viuda dueña de Cruz Verde

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Las2Orillas – José Salcedo empezó como vendedor ambulante y Aida Chindoy, una desplazada del Putumayo, han crecido de la mano de la red de droguerías de la mexicana Eva Gondo

En la calle y en la intemperie comenzó la vida de José Miguel Salcedo como vendedor ambulante en Bogotá. Allí permanecía horas parado en los semáforos de esperando el comprador de gafas o del de música; encontraba en los conductores los mejores clientes. Tenía días buenos y días malos y también regulares, dice, y cuando las cosas no le salían acudia al trabajo como ayudante de construcción en el que trabajaba mucho y ganaba poco.

En la calle y en la intemperie comenzó la vida de José Miguel Salcedo como vendedor ambulante en Bogotá. Allí permanecía horas parado en los semáforos de esperando el comprador de gafas o del de música; encontraba en los conductores los mejores clientes. Tenía días buenos y días malos y también regulares, dice, y cuando las cosas no le salían acudia al trabajo como ayudante de construcción en el que trabajaba mucho y ganaba poco.

En el 2010 ya cansado de vender en las calles y probar con distintos artículos en la búsqueda de alguna que acertara con el gusto de los afanados transeúntes y de haber intentado laborar con la construcción, pudo por suerte cambiar de horizonte. Su amigo Carlos Parra quien trabajaba en la unidad administrativa especial de servicios públicos de Bogotá (UAESP) había decidido incursionar en el reclaje de cartón, plástico y vidrio en una ruta selectiva que tenía UAESP en la Localidad de Antonio Nariño.


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Ese mismo año con unos compañeros de trabajo, logró crear una asociación independiente de recicladores que mantuvo durante ocho años y fue cogiendo vuelo. En el 2014 fue candidato al senado de la República por el partido Conservador, llenó un formulario, lo pasó y lo recibieron como candidato, saco 2.000 votos como cosa curiosa la mayoría en el Departamento del Chocó. Lo aprendido en la campaña le sirvió para avanzar en la consolidación de la Asociación de recicladores que bautizaron Recicladores de oficio New World.

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Aida Chindoy, una indígena de la comunidad Kamsa que llegó en 2007 a Bogotá desplazada del Putumayo y José Miguel Salcedo llevan 17 años viviendo del reciclaje.

Salcedo no sería el único a quien el reciclaje le había cambiado la vida. Aida Chindoy, una indígena de la comunidad Kamsa del Putumayo llegó a la capital en 2007. La violencia la forzó a salir de su territorio y buscar abrigo en la Localidad de Ciudad Bolívar donde tradicionalmente llegan muchos desplazados del conflicto armado como ocurre también con Usme y San Cristóbal. Ha criado sola a sus cuatro hijos.

Por sus orígenes recibió todo tipo de señalamientos. Fue difícil levantar cabeza. Encontró como tantos colombianos llegados en medio de la pobreza una forma de vida en el reciclaje.  

Empezó con duras jornadas en la misma localidad entre las 7 de la noche y la 1 de la madrugada, recogía: cartón, plástico y aluminio que vendía en una bodega de reciclaje y con ello, aunque sin ganar mucho, se abrió camino. Invitada a formar parte de una asociación de reciclaje y trabajar en una bodega de la UAESP donde conoció a  José Miguel Salcedo. Armaron sociedad y completan hoy 17 años viviendo del material reciclado.


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Se amplió el grupo y lograron articuarse con muchas otras grupos de recicladores hasta confromar un plataforma que denominaron el Grupo Ciclo. Estar agrupados fue clave para dar el paso que los puso en la ruta de la multinacional mexicana Cruz Verde, la mega la red de droguerías Cruz Verde de Eva Gondo, la segunda mujer más rica de México.. El ingeniero Óscar Rodríguez evaluó su trabajo recicladores y fue bien calificada la prueba piloto.              

En octubre de 2018 crearon la empresa Recuperadores Circulares y empezó el cambio en sus vida. Pasaron la prueba de calidad e iniciaron el trabajo de reciclaje dentro de las instalaciones de Cruz Verde en el municipio de Cota. Reciclan tres clases de materiales cuya materia prima la suministra la empresa en los 230 puntos que tiene en Bogotá y el centro de distribución de Cota. Recuperan cartón, refrigerante y neveras de icopor y entre los tres materiales, logran recuperar hasta 2 toneladas de material aprovechable.  Desde el 2019 empezó el trabajo consistente al punto que entre a finales del 2020, pasada la pandemia, crearon un área de sostenibilidad ambiental dentro de la compañía con la ingeniera ambiental Katherine Roa Polo, coordinadora del proyecto.

EL MATRIMONIO DE LOS RECICLADORES CON LA RED DE DROGUERÍAS CRUZ VERDE

Tanto para Cruz Verde como para los recicladores, se trata de un gana. Los unos generan ingresos y la empresa mexicana significa ahorros importantes en la compra de materia prima pero al mismo tiempo y poco a poco van dejando de generar residugos para el relleno sanitario que es la meta que tiene la compañía hacia el 2030.

En 5 años han recuperado 1.300 toneladas de residuos, pero el promedio normal del último año fue de 540 toneladas aprovechadas, con un ahorro en el 2023 en la compra de insumos tuvo un ahorro de $600 millones , un trabajo en el que  José Miguel Salcedo y Aida Chindoy han sido la clave.

Actualmente los recuperadores circulares están reciclando varios tipos de materiales como: cartón, refrigerantes, plásticos, gel, icopor, papel, espuma y madera, el 90% de todos los residuos son aprovechados, mensualmente se recolectan 40 toneladas unas 15 semanales, trabajando en dos turnos diariamente de 6 de la mañana a 2 de la tarde y de 2 de la tarde a 10 de la noche, siempre hay 2 personas recuperando los residuos, de este proyecto se benefician 8 familias de forma directa e indirectamente se benefician 11 familias.

El material que más se recupera es el cartón unas 38 toneladas al mes que son compactadas en pacas de 300 kilos en una maquina construida por ellos mismo en el 2020 con material reciclado, fue tan importante para ellos el apoyo de cruz verde para la creación de la empresa, que ya lograron montar una sede en Ecuador y venden material aprovechable a otras empresas.

Según Katherine Roa todas esas cantidades de residuos que ellos recuperan, la empresa Cruz Verde los transforma en indicadores ambientales, en las 1.300 toneladas de material recuperado las estadísticas dan cuenta que se dejaron de emitir 3.500 toneladas de dióxido de carbono, 9 millones de kilowatts y se mantienen 18 mil árboles. Un compromiso con el medio ambiente que aspiran sea seguido por todas las grandes empresas que operan en Bogotá.


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