
UBPD – El 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos, una fecha para recordar que la desaparición de personas es una de las principales violaciones a estos y que los Estados deben garantizar su cumplimiento.
Víctor Hugo Morales, entregado en Caquetá; Óliver Romero Pérez, despedido dignamente en el Guaviare; Jáder Montalvo Peña, recibido por su familia en Sucre; y Pablo Emilio Guiza Medina, recuperado y entregado a su familia en Santander. Estas son algunas de las 619 entregas dignas adelantadas por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). Detrás de cada una de estas historias de desaparición y búsqueda está el derecho de las familias a conocer qué pasó con su ser querido para contribuir a aliviar su sufrimiento tras recibir el cuerpo.
Cada 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos. En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas firmó la Declaración Universal para recordar que derechos fundamentales como la vida, la identidad, la libertad, entre otros, deben ser garantizados por los Estados. Sin embargo, flagelos como la desaparición quitan a las personas esos derechos, convirtiéndose en una de las violaciones más graves para las víctimas de ese flagelo y sus familias.
En Colombia, hasta el momento, la cifra de personas que desaparecieron en hechos relacionados con el conflicto armado asciende a 135.396, un alto número de personas a las que se les quitó su legitimidad, presencia y derecho a existir en la sociedad como titulares de derechos y obligaciones, con capacidad de actuar para vivir con libertad y para defender su integridad física, psíquica y moral.

Adicionalmente, el flagelo de la desaparición, al perpetuarse en el tiempo, genera una fractura radical de los vínculos familiares, sociales y comunitarios, ya que mantiene a las víctimas en un estado de incertidumbre permanente sobre la suerte y el paradero de su ser querido, que se constituye en una forma continua de sufrimiento y configura una violación autónoma y constante que subsiste mientras no se esclarezcan los hechos ni se conozca el destino de la persona desaparecida.
En el marco de las violaciones a los derechos humanos que genera la desaparición, instrumentos internacionales como el derecho internacional humanitario establecen que los Estados deben prevenir las desapariciones y, cuando estas ocurren, deben llevar a cabo acciones efectivas para esclarecer lo que pasó con las personas desaparecidas.
Con estas características, dadas por las instancias internacionales, se creó la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, componente del Sistema Integral para la Paz.
Gabriel Burbano, director de Participación, Contacto con las Víctimas y Enfoques Diferenciales de la UBPD, destacó el trabajo que esta Entidad adelanta en los territorios para garantizar los derechos de las víctimas y de las personas que buscan: «Nuestras acciones de memoria, visibilidad y verdad impulsan las investigaciones humanitarias y extrajudiciales que realizamos a diario y ratifican el compromiso de todos los equipos territoriales, forenses, de investigadoras e investigadores, de avanzar en los procesos de búsqueda y localizar a las personas desaparecidas con o sin vida».
En esta oportunidad, la Unidad de Búsqueda liderará diferentes actividades en las terminales de transporte del país, teniendo en cuenta que estos lugares, en época de vacaciones y fin de año, se convierten en un punto de tránsito de las personas que viajan para reunirse con sus familias. Allí la UBPD estará recibiendo solicitudes de búsqueda y haciendo pedagogía sobre su mandato humanitario y extrajudicial.