
Por: *JAAM
La reciente caída de la supuesta empresa BMG Colombia, señalada de ser una nueva modalidad de pirámide financiera, ha comenzado a tener repercusiones en varios departamentos del sur del país, 𝐢𝐧𝐜𝐥𝐮𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐏𝐮𝐭𝐮𝐦𝐚𝐲𝐨, donde según versiones ciudadanas, la plataforma también habría captado dinero de decenas de personas, prometiendo rentabilidades diarias y rápidas ganancias por tareas virtuales.
El escándalo estalló tras conocerse el colapso de la operación de BMG Colombia en el municipio de Sandoná (Nariño), donde ciudadanos, desesperados por recuperar su dinero, irrumpieron en la sede de la empresa y se llevaron muebles, electrodomésticos y equipos de oficina. Según los afectados, el modelo de negocio ofrecía pagos por “ver videos musicales” y cumplir tareas diarias en una aplicación, con promesas de retornos económicos de hasta el 10% diario, sin respaldo legal ni control financiero.
Sin embargo, 𝗹𝗮𝘀 𝗶𝗻𝘃𝗲𝘀𝘁𝗶𝗴𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗿𝗲𝗹𝗶𝗺𝗶𝗻𝗮𝗿𝗲𝘀 𝗶𝗻𝗱𝗶𝗰𝗮𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝗕𝗠𝗚 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗵𝗮𝗯𝗿𝗶́𝗮 𝘁𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝘂𝘁𝘂𝗺𝗮𝘆𝗼, 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗰𝗶𝗮𝗹𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗲𝗻 𝗠𝗼𝗰𝗼𝗮, donde se habrían captado recursos de decenas de inversionistas locales. Fuentes ciudadanas aseguran que la operación𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝗮𝗹 𝗱𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹 𝗵𝗮𝗯𝗿𝗶́𝗮 𝘀𝗶𝗱𝗼 𝗹𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝗱𝗮 𝗽𝗼𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗿𝗶𝗮 𝗮𝗱𝘀𝗰𝗿𝗶𝘁𝗮 𝗮 𝗹𝗮 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗮𝗿𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝐒𝐚𝐥𝐮𝐝 𝗗𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹, quien ya estaría siendo requerida para la devolución de los dineros recibidos a nombre de la firma.
De confirmarse estos hechos, se trataría de una captación ilegal de recursos del público, tipificada en el artículo 316 del Código Penal Colombiano, 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝘆𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲𝗷𝗼́ 𝗴𝗿𝗮𝘃𝗲𝘀 𝗮𝗳𝗲𝗰𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗿𝗲𝗴𝗶𝗼́𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝘀𝗾𝘂𝗲𝗺𝗮𝘀 𝘀𝗶𝗺𝗶𝗹𝗮𝗿𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗗𝗠𝗚, 𝗗𝗥𝗙𝗘 𝘆 𝗼𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗽𝗹𝗮𝘁𝗮𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝘀 𝗳𝗿𝗮𝘂𝗱𝘂𝗹𝗲𝗻𝘁𝗮𝘀.
Las autoridades locales han sido notificadas de las denuncias ciudadanas, y se espera que la Fiscalía General de la Nación y la Superintendencia Financiera de Colombia investiguen la presunta red de captación que habría operado en Putumayo y Nariño bajo el mismo modelo de “rendimientos por tareas digitales”.
Hasta el momento, no hay un 𝗽𝗿𝗼𝗻𝘂𝗻𝗰𝗶𝗮𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗼𝗳𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗚𝗼𝗯𝗲𝗿𝗻𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝘂𝘁𝘂𝗺𝗮𝘆𝗼 𝗻𝗶 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗿𝗶𝗮 𝘀𝗲𝗻̃𝗮𝗹𝗮𝗱𝗮, mientras que los afectados en Mocoa aseguran que los grupos de inversión creados en redes sociales han sido cerrados y que las líneas de contacto de la supuesta empresa ya no funcionan.
La situación ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad económica de cientos de familias en el sur del país, muchas de las cuales ven en estos sistemas informales una esperanza de ingresos rápidos en medio de la crisis financiera, sin advertir el riesgo de ser víctimas de fraudes masivos.