

En el corazón de Mocoa, Putumayo, un hombre de 81 años está dejando una huella imborrable en la naturaleza, una que resuena con la promesa de un futuro más verde. Don Pedro Ortega Rodríguez, un adulto mayor de 81 años, ha sembrado la asombrosa cifra de 17.300 árboles en el municipio de Mocoa a lo largo de 18 años, sin recibir ayuda de ninguna institución.
Su misión comenzó hace 18 años con una «brillante idea». Don Pedro, quien siempre ha sentido un profundo amor por la naturaleza, se dio cuenta del daño que los seres humanos le han infligido. Su propósito es claro: devolverle a la naturaleza «un poquito» de lo que le hemos quitado con la deforestación. Él cree firmemente que todos somos culpables de la destrucción del planeta y, por lo tanto, todos tenemos el deber de recuperar nuestro medio ambiente, siendo la reforestación el primer paso esencial.
Un Bosque Nacido de la Conciencia y el Amor
La motivación inicial de Don Pedro surgió al comprar un terreno que eran potreros. Decidió sembrar árboles en una parte de él, descubriendo rápidamente la alegría y el apego que genera verlos crecer. Para él, sembrar árboles es como tener hijos; uno se siente feliz y encariñado al verlos desarrollarse. Su conexión con la naturaleza es tan profunda que habla a los árboles, sintiendo que al hacerlo, se comunica con el «Padre Celestial» que les da vida.
Los beneficios de su incansable labor ya son evidentes. Donde antes solo había potreros, ahora se observa una «algarabía de animalitos y aves». Especies como babas, armadillos, micos y hormigueros han regresado, demostrando que tienen derecho a vivir allí y enriqueciendo la biodiversidad local. Don Pedro está convencido de que al reforestar, se recuperará el medio ambiente de hace 200 o 300 años, lo que se traducirá en menos enfermedades y campos más productivos, ya que «hasta la naturaleza se resiste por el medio ambiente». Además, considera que los animales son nuestros compañeros en este plano físico y tenemos el deber de velar por ellos.
Variedad y Ubicación de las Plantaciones
Don Pedro ha sembrado árboles en diversas partes de Mocoa. Ha plantado en las orillas de los ríos, utilizando especies especiales para sostener los barrancos, aunque lamenta que algunos de estos árboles hayan sido destruidos. También es responsable de la siembra de casi la mitad de los árboles en la Avenida Colombia, que hoy ya son grandes y están produciendo semillas. En su finca, ha cultivado alrededor de 30 variedades de árboles, entre las cuales destaca el achapo por ser un «gigante», junto con el tara, guasicaspe, barbasco, tres variedades de guarangos, granadillo y cedro. Incluso recomienda sembrar árboles en plantaciones de plátano o banano, ya que la competencia entre plantas ayuda a los árboles a crecer más rápido.
Un Mensaje para las Nuevas Generaciones y una Crítica Constructiva
A pesar de su monumental esfuerzo, Don Pedro enfatiza que no ha recibido ninguna ayuda, ni siquiera las gracias. Incluso sugiere que el gobierno debería eximir del impuesto predial a quienes reforestan, en lugar de incrementarlo anualmente.
Su principal motivación es dejar una «huella» y un «recuerdo para las nuevas generaciones». Su mensaje final es un llamado a la acción para todos: «todos tenemos que dedicarnos a reforestar». Asegura que, aunque los bosques tarden 20 o 30 años en crecer, eventualmente se convertirán en grandes bosques. Para él, no todo tiene que ser «plata al bolsillo»; lo importante es dejar un legado verde para el futuro.
Don Pedro Ortega Rodríguez es un verdadero ejemplo de compromiso ambiental, demostrando que una sola persona puede marcar una diferencia profunda y duradera en la recuperación de nuestro planeta.
Con información / video de : LaNoticiaPutumayo
