

Agrosavia – • AGROSAVIA no solo llevó conocimiento; escuchó, aprendió y ayudó a construir puentes de saberes.
Puerto Asís, Putumayo. 12 de agosto de 2025.
En medio de la neblina de las montañas que acarician los Andes y el cálido aliento de la Amazonía, el Putumayo despliega su exuberante vegetación como un pergamino viviente. En este lugar, donde los ríos narran historias y los agricultores trabajan la tierra con dedicación, el plátano surge en todo su esplendor, siendo un alimento esencial para las comunidades. Hasta estos rincones remotos de la Colombia profunda ha llegado la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria – AGROSAVIA, como un aire renovador, impulsada por la Estrategia Nacional Jóvenes Rurales, en alianza con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
Su versatilidad, capaz de brotar en suelos diversos y resistir climas adversos, convierte al plátano en sinónimo de resiliencia. Pero su verdadero potencial solo florece si sembramos conocimiento en las nuevas generaciones del campo, capacitándolas para dominar cada etapa de su cultivo y asegurar cosechas que alimenten a sus comunidades. En este contexto, AGROSAVIA realizó jornadas transformadoras en Puerto Asís, San Miguel y Puerto Guzmán, reuniendo a productores, estudiantes y organizaciones como ACAPREDP y ASOPLAMG para tejer redes de conocimiento.
El evento combinó giras técnicas —como la visita al resguardo Kiwñas Cxhab–AGROPAL, guiada por la IER Ecológica El Cuembí— y talleres prácticos con las Instituciones Educativas Rurales El Sábalo y Nueva Granada, en San Miguel y Puerto Asís, respectivamente. Los participantes exploraron desde las características de las plantas madre élite para maximizar la productividad, hasta la técnica de multiplicación rápida de semillas de plátano con estándares de calidad y el manejo integrado de plagas.
Para las organizaciones locales, el taller fue un paso crucial en la formación de capacidades técnicas, centrado en la producción de semillas resilientes. Mientras tanto, la gira técnica al resguardo indígena Kiwñas Cxhab–AGROPAL se convirtió en un diálogo de saberes, donde los túneles de multiplicación de semillas emergieron como herramienta clave para obtener material vegetal libre de plagas y enfermedades, con atributos de alta calidad.
En las aulas rurales, los jóvenes no solo aprendieron sobre control fitosanitario y producción sostenible; también sembraron las bases de sus proyectos pedagógicos, vinculando el cultivo de pancoger a la seguridad alimentaria de sus comunidades.
Fue un encuentro de voces diversas: productores de manos callosas, estudiantes con sueños verdes y organizaciones como ACAPREDP y ASOPLAMG, participantes del Plan Nacional Semilla – Plátano. Todos unidos por un mismo surco: aprender para crecer. En este rincón de Colombia, donde la selva y el sudor dibujan el paisaje, AGROSAVIA no solo llevó conocimiento; escuchó, aprendió y ayudó a construir puentes. Porque aquí, el desarrollo no es solo una meta: es una cosecha colectiva que ya echa raíces.
Invertir en semillas de calidad no es un gasto, sino una estrategia inteligente que sienta las bases para cultivos exitosos y alta productividad. Como bien señalan los expertos: “Sin una buena semilla, no hay una cosecha exitosa”. En un mundo que enfrenta crecientes desafíos alimentarios y ambientales, la semilla se erige como el primer eslabón —y quizás el más importante— en la cadena que va desde el campo hasta la mesa.
Para AGROSAVIA, esta iniciativa no es solo un taller: es la semilla del mañana, donde el plátano sigue siendo sinónimo de vida, pero ahora con raíces fortalecidas por la ciencia y la educación.
