

UBPD – La Unidad de Búsqueda aplicó un abordaje forense que priorizó el análisis en sitio para avanzar en la identificación de víctimas del conflicto armado.
Ana Belén Uzuriaga tenía pocos días de nacida cuando el conflicto armado le arrebató a Diolima, su madre. Desde ese momento fue acogida por una familia adoptiva que no le ocultó sus orígenes, la crió y la acompañó en todos los momentos de su vida, tratando de resolver las inquietudes que se presentaron durante su niñez y adolescencia.
El interés de Ana Belén por tener información acerca del paradero de Diolima aumentó cuando cumplió 21 años. Ahora ella se estaba convirtiendo en mamá, así que quería reivindicar la memoria de la suya. Empezó a tocar puertas y a construir una ruta sobre quién era ella, por qué había sido asesinada y desaparecida y dónde podría encontrarse su cuerpo.
Habló con sepultureros, religiosas, docentes y vecinos que la recordaban. Todo apuntaba a que su madre había sido enterrada en el cementerio Jardines de Paz de Puerto Asís, en el Putumayo. Y como no tenía certeza del lugar exacto, decidió acercarse a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) para comenzar su proceso y recibir el acompañamiento estatal en la búsqueda de respuestas.
«Aunque era muy pequeña cuando su madre fue asesinada, ella comenzó esa búsqueda por la necesidad de saber sobre su madre y su identidad», relató Caren Cortés, investigadora humanitaria de la UBPD en el Putumayo.
La solicitud de búsqueda de Ana Belén llevó a la UBPD a caracterizar el camposanto e identificar que en su interior podría encontrarse varios lugares de disposición de cuerpos que corresponderían a personas desaparecidas en acciones del conflicto armado en el sur del departamento, principalmente entre finales de los años 90 y comienzos de los 2000. Debido a la migración ocasionada por las oportunidades laborales que se presentaban en la región durante esa época, dichas personas desaparecidas podrían provenir de diferentes lugares del país.

Los hallazgos de la investigación humanitaria y extrajudicial, sumados a la emergencia climática vivida en septiembre de 2024, la cual amenazó con colapsar uno de los muros del cementerio, situación que ocasionaría la pérdida de estructuras óseas y, con ello, pruebas forenses clave para identificar víctimas, llevaron a que la Unidad de Búsqueda, en julio de 2025, agilizara los protocolos necesarios y adelantara la primera intervención en el camposanto.
«Pese a las adversidades correspondientes al clima, a la complejidad del sitio por disposiciones colectivas y otros aspectos, logramos emprender y continuar con el camino de la búsqueda», explicó Juan Camilo García, antropólogo forense de la UBPD.
Los 30 cuerpos recuperados por la entidad fueron trasladados al nuevo Parque Cementerio de Puerto Asís, lugar en el que permanecerán resguardados mientras se logra su identificación. Mientras tanto, ya se planean los aspectos técnicos para abordar otros puntos de interés para la búsqueda, en los que se pretende continuar recuperando los cuerpos de los seres queridos de quienes esperan respuestas, como Ana Belén.

«Espero poder encontrar a mi madre. Aunque sean solo huesitos los que posiblemente se me entreguen, quiero poder dignificar su vida y poder darle una cristiana sepultura. Espero no ser solo yo la que pueda tener la oportunidad de regresar a su madre y enterrarla dignamente, sino que otras familias puedan hacerlo», dijo Ana Belén.
En Putumayo, la Unidad de Búsqueda trabaja por encontrar a más de 3.900 personas dadas por desaparecidas. Si crees que un familiar tuyo pudo haber desaparecido en el departamento, puedes acercarte a la oficina de la UBPD en la calle 14 # 7-15 (barrio Olímpico) en Mocoa o comunicarse a la línea celular 3162851395.
