

Sena – Jóvenes del pueblo inga fortalecen sus conocimientos para transformar su territorio desde la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.
Entre montañas y saberes ancestrales, en el corazón del resguardo indígena Yunguillo, en Mocoa, hoy florece una nueva forma de aprender y transformar.
Jóvenes del pueblo inga se están formando como operarios en piscicultura, integrando conocimientos técnicos con su profundo respeto por la naturaleza, en un proceso que impulsa la seguridad alimentaria, el arraigo cultural y el desarrollo sostenible de su comunidad.
Esta formación, liderada por el SENA en articulación con el cabildo, es mucho más que una capacitación: es una oportunidad para tejer puentes entre el conocimiento ancestral y la tecnología, para emprender desde la identidad y construir futuro desde el territorio.
El proceso de formación busca no solo brindar competencias técnicas para el cultivo y manejo de especies piscícolas, sino también sembrar esperanza, fortalecer la autonomía alimentaria y abrir caminos hacia el emprendimiento rural sostenible.
En medio del paisaje de Mocoa, jóvenes indígenas aprenden a construir estanques piscícolas adaptados a su entorno, como apuesta por la seguridad alimentaria.
Los aprendices han aprendido a diseñar estanques según las condiciones del entorno, aplicar buenas prácticas para mejorar la calidad del agua, seleccionar especies nativas y realizar el cultivo y cosecha de peces, con criterios técnicos que garanticen calidad y sostenibilidad.
“Es un desarrollo de vida para nuestra comunidad y nuestros jóvenes. Para nosotros es muy importante aplicar buenas prácticas en piscicultura, pues aporta a nuestra economía y a la calidad de vida en nuestros hogares”, afirmó Emeterio Mutumbajoy Muchavisoy, gobernador del cabildo del resguardo Yunguillo.

El proceso formativo en piscicultura permite a los aprendices proyectarse como emprendedores rurales, fortaleciendo su autonomía y tejido comunitario.
Esta formación impacta de manera directa en la seguridad alimentaria del resguardo, al tiempo que potencia nuevas formas de emprendimiento individual, familiar y comunitario, con respeto por la naturaleza y la identidad cultural.
“Llegar por primera vez a Yunguillo con una formación de operario en iscicultura es un hecho histórico para el SENA Putumayo. Significa acercarnos aún más a las comunidades, construir juntos desde sus necesidades y reconocer el enorme valor que tienen para el futuro del territorio”, expresó Freider Alejandro Narváez, director regional de la Entidad.
Este hito marca un nuevo capítulo en la misión institucional del SENA, con la dirección general de Jorge Eduardo Londoño Ulloa: llevar formación de calidad a todos los rincones del país, honrando la diversidad cultural y contribuyendo a la transformación social desde el conocimiento.
