El teatro, considerado una de las manifestaciones más antiguas, bonitas y coloridas del mundo, ha sido tradicionalmente el medio para contar las historias y relatos de los pueblos. En el municipio de Colón, ubicado en el Alto Putumayo, esta actividad cultural ha sido de gran importancia a lo largo de su historia. Sin embargo, a pesar de un pasado glorioso y un legado artístico notable, la escena teatral de Colón se enfrenta hoy a una paradójica y triste realidad: sus grupos y talentos no tienen dónde preparar ni presentar sus obras.
Un Legado Histórico en las Artes Escénicas
Colón ha realizado grandes aportes a la historia de las artes escénicas. El teatro en el departamento del Putumayo, de hecho, comenzó a practicarse en Colón. Una figura pionera fundamental fue don Julio Rosero, quien llegó a Colón a los 4 años y, ya de joven, aseguró que el teatro perdurara en el tiempo. Hijo del músico nariñense Noé Rosero, don Julio Rosero Delgado marcó un hito muy grande dentro de las artes escénicas con su grupo «Adalides de la juventud», con el cual recorrió Putumayo y Nariño, llevando obras de la época.
Otro nombre que ha dejado una huella imborrable es Jesús Orlando Ortega González, quien ha demostrado un profundo amor por el arte teatral y ha contribuido a formar a tantas generaciones en esta hermosa disciplina. La historia de Colón demuestra que el municipio se ha destacado en esta actividad artística.
La Cruda Realidad: Espacios Teatrales Convertidos en Bodegas
Actualmente, los actores del municipio de Colón viven una situación crítica: no tienen dónde ensayar ni presentar el teatro. En Colón existen dos grupos de teatro activos: Texmava (Teatro Experimental Mario Barrera) y Tecos (Teatro Colegio Sucre). Lo paradójico y triste es que estos dos grupos, que siempre han estado vigentes en el Putumayo, en este momento no tienen dónde hacer sus montajes, sencillamente porque no hay un espacio para ello. Los lugares que antes existían se han destinado a otras cosas o están destruidos.
Un claro ejemplo es el teatro del Colegio Técnico Sucre, que desafortunadamente ha sido convertido en bodega. Juan Camilo Pradotina, actor del grupo Tecos del Sucre, ha manifestado que no tienen un lugar para adelantar su teatro porque el espacio está siendo usado como bodega. Esta problemática surgió, en parte, debido a que la institución cedió un espacio en el barrio San Antonio al ITP, lo que generó dificultades y falta de aulas, resultando en la utilización de los espacios para el teatro como bodega o sala de profesores.
Además, existe un espacio que fue construido inicialmente como mercado y que el alcalde Carlos Gerardo González adecuó y convirtió en teatro. Posteriormente, la biblioteca pública se trasladó allí, conservando el escenario. Lamentablemente, este espacio se encuentra actualmente cerrado y en malas condiciones, lo que lo convierte en un «espacio tristemente perdido para la cultura teatral».
Impacto en la Formación y Urgencia de una Solución
La falta de espacios adecuados no solo afecta a los grupos de teatro existentes, sino también a la formación de nuevas generaciones. La Institución Educativa Sucre ha integrado el teatro como uno de sus centros de interés, ya que fundamenta la formación académica y la formación en valores. Sin embargo, los estudiantes y su monitor no cuentan con un espacio físico adecuado para los repasos que esta actividad implica.
Aunque los actores continúan trabajando donde pueden, la realidad es que «esto que ha sucedido aquí no está bien porque no hay donde desarrollar nuestra actividad teatral». La situación es tal que los grupos actuales no saben qué harán para sus montajes este año. Por todo ello, urge que se adecúe un espacio para que la actividad teatral pueda desarrollarse plenamente en Colón, permitiendo a este municipio seguir destacándose en las artes escénicas y fomentando el amor por las obras teatrales en la comunidad.
Con información de Orlo Noticias